La archidiócesis de Madrid cierra la primera fase del Sínodo
La explanada de la catedral de la Almudena acoge este sábado un acto festivo en el que se darán a conocer las conclusiones de los cerca de 650 grupos participantes
Más de 11.000 personas organizadas en casi 650 grupos han respondido en la diócesis de Madrid a la invitación que hizo el Papa Francisco a participar en la primera fase del Sínodo de los Obispos. «Un hecho histórico» para Antonio Ávila, el sacerdote al frente del equipo de coordinación de esta fase diocesana, porque «por primera vez en la historia de la Iglesia se hace una consulta a todo el Pueblo de Dios». Se trataba de tomar el pulso con el objetivo de discernir los procesos que pueden ayudar a la sinodalidad, esto es, a ese caminar juntos viviendo la comunión y la participación, y abiertos a la misión. Siguiendo el cuestionario preparado por la Secretaría General del Sínodo, los grupos enviaron sus propuestas al equipo coordinador, cuyas conclusiones se presentarán este sábado, 7 de mayo, a partir de las 18:30 horas en la explanada de la catedral de la Almudena.
Será en un acto abierto a todos y con un marcado carácter festivo. Habrá música, una mesa redonda con algunos de los responsables y participantes en la consulta sinodal, y se avanzarán «las líneas generales de las aportaciones de los grupos sinodales» con cuatro vídeos. El acto, que también podrá seguirse por youtube.com/archimadrid, concluirá con una Misa de acción de gracias presidida por el cardenal Carlos Osoro, quien ha mantenido en este contexto sinodal encuentros con distintos sectores de la sociedad como políticos, profesores de universidad, empresarios y sindicalistas, artistas o personas en situación de vulnerabilidad.
El reto de la sinodalidad está plenamente vigente porque quizá en la diócesis sigue habiendo «excesivas islas», reconoce Ávila, y hay que «tomar conciencia de que caminamos juntos». El sacerdote adelanta algunas de las propuestas analizadas, entre ellas la tarea de «dialogar con el mundo actual», la preocupación por acercarse a los jóvenes, el deseo de transparencia en materias como economía o abusos, y la necesidad de dar «responsabilidad» a los laicos. Precisamente entre los grupos participantes destacan los de la rama de la Liga de Familias de Schoenstatt, que dedicaron una de sus reuniones periódicas a la consulta sinodal. Sus responsables, Álvaro Mitjans y Marta Zabía, reconocen que recibieron con «gran alegría» la llamada, como laicos, a participar en el Sínodo. «Podemos ser parte y se nos va a escuchar», agradece Álvaro. «Hemos respondido a las preguntas desde lo que vivimos, que es la Iglesia doméstica», incidiendo en la necesidad de que «la Iglesia esté muy centrada en la familia». También en la acogida y la integración de cada persona, con su vida y su realidad, sin juzgar, «tal y como somos, sin intentar cambiar absolutamente nada, tampoco su forma de vivir la fe», pero sin que esto suponga «cambiar dogmas».
personas han participado en los trabajos sinodales en Madrid
Este trabajo de integración es lo que se hace desde Fe y Luz, realidad que atiende la discapacidad intelectual y que está presente en muchas parroquias. Entre ellas, en Santa Catalina Mártir, de Majadahonda, en la que también formaron un grupo sinodal. Chantal, una de sus coordinadoras, explica su propuesta básica: que en los seminarios se forme a los futuros sacerdotes en cómo tratar a estas personas y a sus familias, porque «los necesitamos». «Una comunidad de Fe y Luz con capellán es totalmente diferente a una sin él», asegura, a la vez que agradece al párroco, Juan Francisco Pérez, el acompañamiento que les brinda. «Siempre dice que, para su sacerdocio, él necesita a este grupo de gente».
El Sínodo continuará con la fase continental, que se desarrollará de septiembre de 2022 a marzo de 2023, y concluirá con la Asamblea General en Roma, en octubre de 2023.