Cónclave. Una Iglesia con mucho de humano y nada de divino - Alfa y Omega

Cónclave. Una Iglesia con mucho de humano y nada de divino

Juan Orellana
Ralph Fiennes interpreta al cardenal Thomas Lawrence, decano del colegio cardenalicio
El cardenal Thomas Lawrence está interpretado por Ralph Fiennes. Foto: DeAPlaneta.

Con seis importantes nominaciones a los Globos de Oro nos llega una película de ficción sobre la elección de un Papa en nuestros días. Con un guion de Peter Straugham basado en la novela de Robert Harris, el oscarizado Edward Berger ofrece un thriller muy bien hecho y mejor interpretado, bastante entretenido, pero que no se separa ni un milímetro del esquema de conservadores y progresistas, versión aburrida del clásico malos y buenos. El guion arranca con la muerte imprevista por infarto del Papa. Parece que ha sido un Papa popular que ha llevado a la Iglesia por caminos de modernización y aggiornamento, aunque en algún momento se nos dice que había perdido su fe en la Iglesia. En cuanto comienza el cónclave, los cardenales se polarizan entre los que quieren corregir los errores del Papa y los que quieren seguir avanzando por las sendas de la aceptación de los cambios sociales de nuestro tiempo. Los primeros están liderados por el cardenal Tedesco (que significa «alemán», en referencia obvia a Ratzinger), quien propone luchar contra el relativismo moral liderando una guerra de religión. Al frente de los progresistas está el cardenal Bellini, cuya bandera es dar la espalda a un pasado oscurantista para tener una posición abierta hacia el divorcio, la homosexualidad o los métodos anticonceptivos. El árbitro de esta contienda entre facciones es el decano del colegio cardenalicio, Thomas Lawrence, que, aunque simpatiza con Bellini, quiere cumplir escrupulosamente su misión y se conduce de forma imparcial e intachable. Sin embargo, las primeras votaciones dan como favoritos al cardenal Trambley, ambicioso, mentiroso y corrupto, y al cardenal Adeyemi, que esconde un secreto inconfesable. También recibe votos un desconocido cardenal mejicano, Benítez, arzobispo de Kabul, que había sido nombrado cardenal in pectore por el fallecido Pontífice.

La tesis central del filme, desde el punto de vista de su arquitectura ideológica, la expone el decano en su primera homilía: «La certeza es el gran enemigo de la unidad; es el enemigo mortal de la tolerancia. Que Dios nos conceda un Papa que dude». Este argumento se refuerza con una intervención posterior del cardenal Benítez: «La Iglesia no es la tradición. No es el pasado. Es lo que hagamos en adelante». Más allá de ideologías, no se vislumbra la fe de ningún cardenal en toda la película. No tienen alegría ni esperanza, ni mucho menos caridad. Y están muy solos. Parece que su único criterio es el poder, envuelto en un formalismo obsoleto y vacío.

La trama nos reserva un giro final que es muy coherente con la agenda cultural que sustenta toda la película, dando incluso un paso más allá. El mensaje final de fondo es claro: la Iglesia será aceptable cuando no se oponga a los criterios del mundo. La cinta nos brinda algunos momentos visuales y metafóricos, como la inspiración final del Espíritu Santo, muy brillantes.

Cónclave
Dirección:

Edward Berger

País:

Reino Unido

Año:

2024

Género:

Suspense

Público:

+7

Cartel de 'Cónclave'