Jornada de Oración por las Vocaciones Nativas: Con 2.000 euros podrán ser sacerdotes
Si hace 40 años había 153 sacerdotes diocesano en Costa de Marfil, esta cifra se ha multiplicado por diez, hasta llegar a los 1.573. «Estamos experimentando una explosión de vocaciones», asegura el director de OMP allí
«La de Costa de Marfil es una Iglesia joven y fuerte. Los católicos somos el 17 % de la población y cada año tenemos muchos bautizos de niños y de adultos. Hay muchas vocaciones, pero no bastan para un país tan extenso», afirma Jean Noël Gossou, director de Obras Misionales Pontificias en el país africano. Sobre su Iglesia pone la mirada este año OMP al hilo de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones Nativas que se celebra este domingo en todo el mundo.
Desde que en 1895 comenzara la evangelización en el país de la mano de dos misioneros de la Sociedad de Misiones Africanas, la Iglesia católica no ha dejado de crecer. En 1934 se ordenó el primer sacerdote marfileño y en 1960 el primer obispo nativo; y si hace 40 años había 153 sacerdotes diocesanos, en tan poco tiempo esta cifra se ha multiplicado por diez, hasta llegar a los 1.573. «Estamos experimentando una explosión de vocaciones —atestigua Jean Noël Gossou—. Casi 800 seminaristas estudian en alguno de los diez seminarios diocesanos y hay muchos jóvenes que quieren consagrarse a Dios».
Para que puedan alcanzar su sueño hace falta mucha oración y también mucho apoyo económico. «Para los padres es un auténtico desafío, porque colaborar para pagar sus estudios es complicado y muchas familias cuentan con sus hijos para llevar la economía en casa», explica el director de OMP en Costa de Marfil. Y para las propias diócesis también es un reto, «aunque hasta ahora nunca hemos tenido que rechazar a nadie por motivos económicos».
Toda la labor de formación de un seminarista de Costa de Marfil, a lo largo de los años que dura su preparación, es posible gracias al apoyo de la Obra San Pedro Apóstol, una de las Obras Misionales Pontificias, con la que el Papa sostiene las vocaciones en los países de misión. En el último año, la Iglesia en este país africano recibió más de 350.000 euros por esta vía, una cantidad que forma parte de los 16.247 millones de euros con los que la obra consolida las vocaciones nativas en todo el mundo: gracias a ellos siguen su itinerario formativo 83.673 seminaristas en todo el globo.
Con lo obtenido en las campañas, OMP sufraga la manutención de seminaristas y novicios de los países de misión —la beca de un candidato durante toda su formación es de solo 2.000 euros—. También apoya la construcción y mantenimiento de los seminarios y hasta ofrece becas en universidades internacionales para proponer estudios superiores de teología a sacerdotes que luego serán profesores en su país, o incluso obispos.
La Jornada de Vocaciones Nativas se celebra de manera conjunta con la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, cuyo foco está puesto en la necesidad de concebir la pastoral vocacional en sentido amplio. Así, la campaña del nuevo Servicio de Pastoral Vocacional de la CEE muestra testimonios como el de Pablo y Teresa, una pareja de Toledo que ve su noviazgo como «una preparación hacia una auténtica vocación» y que quiere mostrar «que estar casados es también una misión, la de llegar a amar como Jesús».
Este es el caso de Bob John Hassan Koroma, obispo de Makeni, en Sierra Leona, que personalmente se considera «producto de los misioneros» y que gracias a la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol pudo formarse en Roma y obtener el doctorado en Teología Bíblica por la Universidad Urbaniana. Procedente de un hogar musulmán, «a través de la escuela me hice finalmente católico» y con el apoyo de OMP «fui al seminario y llegué a ser sacerdote».
La vivacidad de la Iglesia en Costa de Marfil o en Sierra Leona son solo dos muestras actuales del apoyo que todos los fieles del mundo conceden cada año con vistas a asegurar la evangelización. Solo desde España, el año pasado OMP envió 1.762.519 euros, que sirvieron para sostener económicamente a 10.039 seminaristas y 288 formadores en 65 diócesis de 17 países. «Sin la labor de OMP sería muy difícil sostener todas estas vocaciones», concluye Jean Noël Gossou.