COMECE pide «solidaridad práctica» frente a la instrumentalización de migrantes
Los obispos de la UE subrayan en un comunicado que «no podemos permitir que muera gente en nuestras fronteras» y piden «todos los esfuerzos» para evitarlo
Con varios miles de varados en la frontera con Polonia, la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE) ha subrayado que «no podemos permitir que muera gente en nuestras fronteras». Por ello pide que se hagan «todos los esfuerzos para evitar estas tragedias», y que no se «aproveche e instrumentalice la desesperación de los migrantes y solicitantes de asilo», pues «tiene consecuencias humanas graves y perjudiciales».
En un comunicado hecho público este jueves, los obispos de la Unión Europea exhortan a la UE, sus estados miembros y sus ciudadanos a «expresar una solidaridad práctica» con los migrantes y solicitantes de asilo que están viviendo «circunstancias dramáticas». En especial, a los más vulnerables, como niños o ancianos. Además de actuar para evitar más muertes, se debe «mitigar el sufrimiento» de quienes «dejaron sus países por la guerra, la violencia o la falta de perspectivas sociales y económicas».
«Cada ser humano», subraya COMECE, «debe ser tratado de forma compasiva» y merece «el pleno respeto de su dignidad y derechos fundamentales», independientemente de su estatus legal. La respuesta a esta situación requiere que se «apoye a Polonia» y al resto de países en una situación similar, como Lituania y Letonia, «para afrontar este reto humanitario».
Diálogo para una «resolución pacífica»
Los obispos de la UE se suma a los llamamientos de los últimos meses por parte de la Iglesia católica en Polonia, pidiendo «un enfoque principalmente humanitario» de la crisis. Agradecen además su «apoyo material y espiritual» a los necesitados, junto con el de otras instituciones y «personas de buena voluntad». Hacen suya también la solicitud del Papa Francisco por el «sufriente pueblo de Bielorrusia».
La propuesta de COMECE pasa por «promover a través del diálogo una resolución pacífica de las tensiones», desde el respeto a la dignidad humana y el derecho internacional. La mayoría de los migrantes y solicitantes de asilo, más de 2.000 según Bielorrusia, se encuentran en este momento en tierra de nadie. Llegaron a la frontera acompañados por las fuerzas de seguridad bielorrusas. Polonia, que ha enviado a la zona 15.000 efectivos, no les permite la entrada o los devuelve en caliente, pero Minsk no los acepta porque ha derogado el acuerdo de readmisión firmado con la UE.
La tensión puede tensarse este jueves, cuando Polonia celebra el Día de la Independencia. Mientras intenta mantener el control de la frontera, el Gobierno también ha intentado blindar las ciudades para las marchas organizadas por grupos de derecha y extrema derecha, que el año pasado acabaron con disturbios. Según AP, nada más terminar las marchas los policías serán enviados a la frontera.
Bombarderos y sanciones
Entretanto, informa Efe, dos bombarderos estratégicos rusos sobrevolaron el miércoles territorio bielorruso en el marco del sistema conjunto de defensa antiaérea, informó el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado. El Ministerio de Defensa bielorruso precisó que los bombarderos rusos seguirán supervisando la zona de manera «regular» y que se trata de «medidas de reacción adecuada ante la situación creada tanto en aire como en tierra».
El mismo día, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en visita a Estados Unidos, declaró a los medios que tanto la UE como el presidente estadounidense, Joe Biden, consideran la situación «un ataque híbrido de un régimen autoritario (bielorruso) para tratar de desestabilizar a sus vecinos democráticos». Y aseguró que «no tendrá éxito».
Von der Leyen anunció que la UE ampliará sus sanciones contra Bielorrusia «muy rápido, a principios de la semana que viene», y que esas nuevas restricciones afectarán tanto a individuos como a entidades de ese país. Añadió que, según la información que ha recibido de la Casa Blanca, Estados Unidos también planea sancionar a Bielorrusia por lo ocurrido desde «principios de diciembre». En concreto, ambos líderes acordaron examinar «la posibilidad de sancionar a aquellas aerolíneas que facilitan el tráfico de personas hacia Minsk, y después hacia la frontera de Bielorrusia con la UE».
Mientras, el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, afirmó que sus servicios ampliarán la cooperación con los países de origen y tránsito para frenar la crisis migratoria y humanitaria desatada por la estrategia de Bielorrusia. Hasta ahora ha hablado con 13, aunque el contacto debe intensificarse y llegar a conclusiones concretas.