Clamor de la Iglesia por un trabajo digno: «Esto es una bomba de relojería»
En la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, diferentes instituciones de Iglesia denuncian que desde la pandemia «la precarización laboral no ha hecho sino crecer», ya que «el trabajo que se está creando no es de calidad»
Según los datos de la Conferencia Episcopal Española hecho público con motivo de la Jornada Mundial del Trabajo Decente que se celebra este jueves, la orientación para un trabajo digno es la principal de las demandas que recibe la Iglesia en España, por detrás incluso de alimentación y vivienda. Cada año se benefician de esta labor casi 150.000 personas, atendidas en alguno de los 402 centros que la Iglesia tiene en toda España para cubrir esta demanda específica.
Sin embargo, la realidad a día de hoy es preocupante, porque desde la pandemia «ha habido un incremento sustancial de la demanda» en los centros a pie de calle, afirma Juan Carlos Antona, nuevo delegado de Pastoral del Trabajo en Madrid.
Los nuevos solicitantes de ayuda y orientación laboral «son sobre todo aquellos que ya antes estaban en las peores condiciones laborales, como personas sin estudios e inmigrantes», confirma Antona, pues «solían trabajar en la economía sumergida y esta realidad se ha venido abajo. Toda esta gente está ahora sin nada, y eso es una bomba de relojería».
Por este motivo, pese a que desde el Ministerio de Trabajo se han dado datos de unos niveles de paro cercanos a los meses previos a la pandemia, Ancona señala que «es cierto que hay más empleo, pero el trabajo que se ha creado no es de calidad y apenas da para llevar una vida digna, es insuficiente».
En esta línea, varios obispos españoles se han sumado a las reivindicaciones con motivo de esta Jornada. Así, Mario Iceta, obispo de Burgos, ha señalado que «la fiesta del trabajo comienza allí donde la dignidad y la justicia social se encuentran», por lo que ha pedido un trabajo «verdaderamente humano».
En esta línea, Fernando García, obispo de Mondoñedo-Ferrol, ha manifestado vivir «con gran preocupación» los conflictos laborales actuales –como el desmantelamiento de empresas en su diócesis–, constatando que «la precarización laboral no ha hecho sino crecer».
Para visibilizar esta preocupación común, la diócesis de Bilbao ha impulsado una cadena virtual por el trabajo decente que ha iniciado su obispo, Joseba Segura. En ella la diócesis propone grabar un video en el que las personas que participen porten un cartel con el lema de la Jornada: Ahora más que nunca trabajo decente. Con todos videos que se recojan, se grabará un único mensaje que se difundirá a través de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, que hace unos días publicó un manifiesto pidiendo «un empleo de calidad en los sectores privado y público», que disminuya la contratación temporal y parcial e «impulse la contratación indefinida a jornada completa».
En un comunicado hecho público con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos ha aludido a un reciente informe del Banco Mundial, en el que advierte que la COVID-19 ha creado «una nueva generación de pobreza», de tal manera que «los países en desarrollo corren el riesgo de retroceder una década».
«Está aumentando la negación de los derechos laborales, la violación de los derechos humanos y la negación de la justicia social», denuncia el Movimiento, para el que la pandemia ha golpeado especialmente a las mujeres, pues «en algunos países la participación de las mujeres en la población activa ha caído a su nivel más bajo desde mediados de los años 80».