Christian Gálvez: «Creo sinceramente que la fe nos hace mejores personas»  - Alfa y Omega

Christian Gálvez: «Creo sinceramente que la fe nos hace mejores personas» 

El presentador de televisión acaba de lanzar un nuevo libro centrado en la figura de san Lucas. «El amor y el sacrificio son parte del camino», afirma

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Christian Gálvez presenta la figura de san Lucas en su nuevo libro. Foto cedida por el autor.
Christian Gálvez presenta la figura de san Lucas en su nuevo libro. Foto cedida por el autor.

Lucas. El evangelista de los invisibles (San Pablo) es el nuevo lanzamiento editorial del presentador Christian Gálvez. Tras su novela Te he llamado por tu nombre, ambientada en la Jerusalén del siglo I y en la figura de Jesús, muestra ahora a un evangelista «que pone un acento especial en los invisibles de su tiempo».

—¿Por qué este libro? ¿Es la continuación del anterior sobre Jesús, este en clave de la Iglesia naciente?
—No exactamente. En el primero parto de microhistorias que implanto en la macrohistoria de una saga familiar, ambientada en el paso de Jesús de Nazaret por la Tierra. Este de Lucas es un ensayo, un libro de estudio teológico. Aquí me valgo de toda la documentación que utilicé para perfilar el personaje de Lucas en mi novela anterior. Era algo tan romántico y tan bonito que me daba muchísima pena dejarlo metido en un cajón. Y ya adelanto que el año que viene publicaré una nueva novela anclada en el siglo primero, con Jesús de Nazaret y todos los personajes a su alrededor.

Gálvez durante la presentación de su libro en la basílica de San Francisco, en Madrid. Foto cedida.
Gálvez durante la presentación de su libro en la basílica de San Francisco, en Madrid. Foto cedida por el autor.

—¿Por qué llama a Lucas el evangelista de los invisibles?
—Algo muy marcado en su evangelio es que pone especial atención a los invisibles. Hace especial hincapié en cómo Jesús se paraba, escuchaba y sanaba a aquellos que no importaban para nadie: enfermos, pobres, niños, mujeres… Y lo hace desde un perfil muy bajo a la hora de contar la historia. De algún modo es invisible también él, por la humildad con la que cuenta todo. En ningún momento se da importancia a sí mismo, sino que se la da a los demás: a las mujeres, a Pablo, a la comunidad que se está creando, pero él está ahí como testigo.

—Ha mencionado antes a las mujeres. También es el evangelista que da más a la figura de María, la Madre de Jesús. ¿Cómo se ha acercado a ella?
—María habla poco, pero aun así Lucas tiene hacia ella una sensibilidad que los demás evangelistas no muestran. Ya adelanto que la gran protagonista de mi próxima novela va a ser María, la madre de Jesús. Con ella cobra presencia la feminidad, y hasta qué punto una madre puede llegar a sufrir por un hijo.

—¿Qué le ha aportado a usted personalmente adentrarse de lleno en todas estas figuras y en esta aventura?
—Creo, sinceramente, que la fe nos hace mejores personas, nos hace más honestos y más generosos. Nos permite tener la consciencia tranquila y poder disfrutar de lleno de cada momento.

Por otro lado, me fascina la figura de Jesús de Nazaret, y cómo su vida muestra que el éxito conlleva inexorablemente sacrificio. Eso es así, creas o no creas, seas más o menos espiritual. Es un mensaje para todos, que va más allá de la idea del amor que circula por ahí. Esta es una historia de sacrificio: Jesús tuvo que sacrificarlo todo, su madre tuvo que sacrificarlo todo, y su Abbá tuvo que sacrificarlo todo. ¿Para qué? Para la consecución de un propósito que dura dos milenios ya. Es un mensaje tan potente que a día de hoy sigue siendo necesario.

El amor y el sacrificio son parte del camino. La gente lo confunde muchas veces, resaltando que Jesús dijo que todo iba a ir bien. No es así, nunca dijo eso. Vino a decir que «cuando vayan mal las cosas, Yo estaré a tu lado». Es diferente.