China y el Vaticano renuevan su acuerdo sobre el nombramiento de obispos - Alfa y Omega

China y el Vaticano renuevan su acuerdo sobre el nombramiento de obispos

El pacto sigue siendo provisional y continuará ad experimentum al menos hasta octubre de 2022

Redacción
Foto: Reuters / Tony Gentile

China ha anunciado este jueves la renovación por dos años del acuerdo provisional que mantiene con el Vaticano para el nombramiento de obispos, motivo de conflicto entre ambas partes, que no mantienen relaciones diplomáticas desde 1951.

Según informan EFE, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Zhao Lijian ha manifestado en rueda de prensa que el acuerdo, firmado hace dos años y que caducaba este 22 de octubre, seguirá vigente hasta 2022.

A las doce del mediodía, el boletín de la Sala de Prensa de la Santa Sede confirmaba la ampliación. «La Santa Sede considera que la aplicación inicial del acuerdo —que es de gran valor eclesial y pastoral— ha sido positiva, gracias a la buena comunicación y cooperación entre las partes sobre los asuntos» incluidos, «y pretende perseguir un diálogo abierto y constructivo para beneficio de la vida de la Iglesia católica y el bien del pueblo chino».

Contenido reservado

Este miércoles, el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, ya había dado a entender que el anuncio de la prórroga era inminente. Después de la ceremonia de concesión del doctorado honoris causa de la Pontificia Universidad Antoniana de Roma al patriarca de Constantinopla, Bartolomé, el cardenal anticipó a los periodistas que «saldrá todo bien (https://www.avvenire.it/chiesa/pagine/accordo-santa-sede-cina-parolin-tutto-bene). Os dejo un signo positivo».

Explicó a continuación que el acuerdo se mantendrá por dos años más ad experimentum, y que mientras tanto «se ha mantenido reservado el contenido». La decisión de prorrogarlo, añadió, se había tomado en los últimos días después de «continuos contactos», a pesar de la imposibilidad de realizar viajes debido a la pandemia de COVID-19. Al tratarse de una renovación, no habrá ningún acto de firma.

Todos los obispos en comunión, pero aún 28 clandestinos

«Podemos estar contentos», apuntaba el número dos del Vaticano, sobre los resultados alcanzados. «El deseo es que la Iglesia de China reencuentre, gracias también» a esto, «su unidad y a través de esta unidad pueda convertirse en un instrumento de evangelización». Desde el Vaticano, se ha subrayado con frecuencia que gracias a su firma y al levantamiento de la excomunión a siete obispos, ahora todos los obispos chinos están en comunión con Roma. También el Gobierno chino ha reconocido a siete obispos nombrados por el Papa y que hasta ahora no eran oficiales. Eso sí, aún quedan 28 clandestinos, y no se ha logrado encontrar candidatos para las cerca de 40 diócesis que quedan vacantes.

Eso, en lo relativo al pacto. «Hay también muchos otros problemas que este no se proponía resolver». Una de las principales críticas contra la mejora de las relaciones se basa en que, justo en el tiempo en que ha estado vigente, se ha recrudecido el control de las autoridades hacia la Iglesia, con medidas como prohibir que los menores de 18 años participen en celebraciones y otros eventos religiosos. Parolin abordó esta cuestión, matizando que «existen reglamentos impuestos y que afectan a todas las religiones», también a la católica. Apuntó, además, que lo abordado con el régimen comunista es una cuestión eclesial muy concreta, y «no afecta a las relaciones diplomáticas ni tiene en previsión que se establezcan».

Superar la división

El acuerdo, polémico desde su firma también dentro de la Iglesia, ha suscitado aún más polémica en las semanas previas a su renovación. También por parte de la administración estadounidense, sobre todo por medio de un artículo y varias declaraciones del secretario de Estado, Mike Pompeo.

Su renovación había provocado duras críticas de la administración estadounidense con un artículo y varias declaraciones del secretario de Estado, Mike Pompeo. El cardenal Parolin, respondió a estas intervenciones subrayando que se trataba de «una cuestión intereclesial».

Superar la división

El Vaticano ha defendido siempre que el convenio trata de promover la unidad de los católicos chinos. El intento de las autoridades chinas de controlar a la Iglesia mediante la Asociación Patriótica y otros organismos eclesiales había provocado una división entre las comunidades oficiales y no oficiales. Las primeras están vinculadas a obispos y sacerdotes reconocidos por el Gobierno (estos obispos podían haber sido nombrados también lícitamente por el Vaticano), y las comunidades no oficiales o clandestinas, que trataban de escapar al control de la política religiosa del gobierno.

Las relaciones diplomáticas entre China y el Vaticano son oficialmente inexistentes desde 1951 por la excomunión por parte de Pío XII de dos obispos designados por Pekín, a lo que las autoridades chinas respondieron con la expulsión del nuncio apostólico, que se asentó en la isla de Taiwán.

El Vaticano y China han vivido un cierto acercamiento con el pontificado de Francisco y han manifestado en diversas ocasiones su voluntad de mejorar sus lazos.