CEAR denuncia que España solo admitió en 2020 el 4 % de solicitudes de asilo
En vísperas del Día Mundial del Refugiado, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) propone una serie de vías legales y seguras para que «las personas no tengan que recurrir al mar»
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha pedido al Gobierno de España que promueva las vías de llegada segura a nuestro país. Es la única forma de que «las personas no tengan que recurrir al mar y a rutas cada vez más mortíferas y peligrosas». Así lo ha subrayado su directora general, Estrella Galán, durante la presentación de su Informe anual 2021. Las personas refugiadas en España y en Europa.
La entidad ha presentado su informe en vísperas del Día Mundial del Refugiado, que se celebra este domingo. Y en un año en el que a pesar de la pandemia, el número de desplazados forzosos batió un nuevo récord: 82,4 millones, un 4 % más que en 2019 según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados.
Uno de los campos en los que España necesita mejorar es el reconocimiento de las solicitudes de asilo: solo se aceptaron un 4 % en 2020, frente al 33 % de la media europea. A ellos se suma la autorización de residencia por razones humanitarias a cerca de 41.000 personas, casi todas venezolanas. Según Paloma Favieres, coordinadora del Servicio Jurídico, se puede avanzar sobre todo en la protección a quienes «huyen por el temor a la persecución de agentes no estatales», como «bandas criminales, pandillas o el narcotráfico, en países donde se ha constatado que no hay protección efectiva de las autoridades».
Reasentamiento y reunificación
Galán ha hecho también un llamamiento a «eliminar la exigencia de un visado de tránsito a las personas procedentes de países en conflicto». Asimismo, durante 2020 solo un 3 % de las solicitudes de asilo se presentaron en puestos fronterizos o en las embajadas de los países de origen. Un dato que «pone en evidencia la ausencia de vías legales y seguras».
Otra reivindicación de CEAR es que «se eleve la cuota de reasentamiento» de refugiados a los que se traslada de otros países a España, que ahora mismo está en 2.000 al año. Por último, pide agilizar la reagrupación familiar de los refugiados. «La gente tarda años en poder traer a su familia», lo cual tiene un gran «impacto emocional» tanto en quien llega como en quien se quedan, ha subrayado Favieres.
Los fracasos de Canarias y la UE
En cuanto a la crisis humanitaria vivida en Canarias con la llegada de 23.000 personas, en palabras de Galán se «ha puesto en evidencia la necesidad de políticas planificadas con las comunidades autónomas. España no puede prestarse a ser un laboratorio de políticas de contención como ya sucede en otras islas» de la UE.
Otro problema sobre el que llama la atención el informe son las 212 devoluciones en caliente que se produjeron el año pasado, a pesar de las sentencias en contra condena tanto del Tribunal Europeo de Derechos Humanos como del Constitucional español. Por último, Favieres denunció las trabas burocráticas a causa de la pandemia, que puede suponer que «una persona pierda su empleo porque no ha conseguido cita para renovar la documentación».
En el ámbito europeo, Galán se ha referido al «nuevo fracaso» que supone el Pacto Europeo sobre Migraciones y Asilo. «Vuelve a poner el foco en el control de la frontera» y reduce las normas internas de solidaridad a un «plan a la carta donde los estados pueden elegir entre acoger y financiar expulsiones». Como para los países del Mediterráneo la segunda opción «no es viable y vamos a ser los que más presión recibamos», ha pedido unir fuerzas con Italia y Grecia para modificarlo.
Coincide con esta petición de «una nueva política migratoria europea que ponga a la persona en el centro», con «una mirada integral» y «corresponsabilidad de los estados miembro», el Consejo Asesor de CONFER Migraciones. En su propio comunicado para el Día Mundial del Refugiado, subraya que es necesario «avanzar juntos, buscando soluciones duraderas que nos ayuden a asumir el reto de las migraciones desde el respeto a los derechos humanos y la dignidad de las personas».
En contraste con la hospitalidad histórica a «importantes continentes de refugiados», en Europa hoy «cada vez con más frecuencia se alzan muros, se criminaliza a los defensores de derechos humanos, las políticas migratorias son más estrictas y aumentan los discursos de odio y las actitudes xenófobas». Por ello, las diversas congregaciones religiosas que trabajan con y por las personas migrantes y refugiadas recuerdan «el gran compromiso y responsabilidad que tiene la vida religiosa en España y la sociedad civil ante la difícil situación de quienes huyen de conflictos o persecuciones».