Catorce sacerdotes y una religiosa asesinados en lo que llevamos de año
La web italiana Ilsismografo ha hecho un recuento de los curas asesinados hasta esta misma semana. El último ha sido el padre Godefroid Pembele Mandon en RDC
Por lo que se sabe hasta ahora, el padre Godefroid Pembele Mandon fue sorprendido por unos criminales armados la noche del 6 al 7 de agosto en la parroquia de St. Joseph Mukasa en Kikwit, en el suroeste de República Democrática del Congo. Le dispararon, pero no terminaron con su vida. Fue trasladado de urgencia a Kinsasha donde falleció el domingo en el hospital Olive Lembe Kabila de Nsele.
La noticia del asalto y posterior fallecimiento de fue comunicada por la radio diocesana donde se leyó una nota obispo de la diócesis de Kikwit, Timothée Bodika Mansiyai en la que el prelado pide a los fieles de la diócesis que recen por el alma del difunto.
Así lo recoge la Agencia Fides que informa además de otro ataque esa misma noche del 6 al 7 de agosto de 2022, otra parroquia ubicada en la misma ciudad de Kikwit, Saint Murumba, también fue atacada por hombres armados que asaltaron a varias mujeres que se preparaban para la primera misa de un sacerdote según varios testigos. La comunidad católica está demandando a las autoridades locales que abran una investigación con el fin de encontrar a los autores y llevarlos ante la justicia.
La web italiana Ilsismografo ha recopilado los casos de asesinatos de sacerdotes en lo que llevamos de año. Contabiliza uno en Asia, siete en África y seis en América además de la religiosa italiana Luisa Dell’Orto asesinada recientemente en Haití.
El 29 de enero fue asesinado en Vietnam el sacerdote dominico Joseph Tran Ngoc Thanh, ajusticiado mientras confesaba en la iglesia Dak Mot, en Kontum.
El 2 de febrero perdió la vida el padre Richard Masivi Kasereka, de la Orden de Clérigos Regulares Menores. Fue asesinado en Vusesa, Kivu del Norte, República Democrática del Congo. Unos hombres armados le asaltaron mientras regresaba a la parroquia tras celebrar la Jornada Mundial de la Vida Consagrada en Kanyaboyonga.
Nigeria es el epicentro de la tragedia en el continente africano, especialmente en los últimos meses. El 11 de mayo fue asesinado Joseph Aketeh Bako, párroco de la iglesia de San Juan, en Kudenda, después de haber sido secuestrado a principios de marzo. La archidiócesis de Kaduna celebró los funerales sin el cuerpo de la víctima.
El 25 de julio en Kaduna hombres armados arrebataron la vida del sacerdote Vitus Borogo. Al día siguiente, el 26 de junio fue asesinado el padre Christopher Odia, el mismo día que fue secuestrado. Iba de camino a la parroquia para celebrar la misa cuando fue interceptado por unos criminales.
El 15 de julio fueron raptados en Kaduna los sacerdotes John Mark Cheitnum y Donatus Cleophas. Cuatro días después se confirmó la muerte de John Mark Cheitnum mientras que nada se sabe del padre Cleophas.
En Tanzania, el padre Michael Mawelera Samson, natural de Malawi y perteneciente a los padres Blancos, desapareció el 10 de junio y fue encontrado pocas horas después muerto en la orilla de un río, aunque se sabe que fue asesinado en otro lugar.
En Honduras, el padre José Enrique Vásquez, párroco de San José de Medina, diócesis de San Pedro Sula, fue tiroteado el jueves 3 de marzo.
En Bolivia, el sábado 16 de abril, en la ciudad de Santa Cruz, fue asesinado el padre Wilberth Daza. Pertenecía a la Orden Franciscana Menor de la Provincia Misionera San Antonio de Bolivia.
En México ya han sido asesinados 3 sacerdotes en lo que llevamos de año. El 15 de mayo fue secuestrado el padre José Guadalupe Rivas. Era presidente de La Casa del Migrante en Tijuana. Su cuerpo presentaba signos de tortura.
Los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora fueron asesinados en el interior de una parroquia el 20 de junio en Cerocahui, Chihuahua.
Por último, el 24 de junio un grupo armado arrebató la vida a la misionera Luisa Dell’Orto, apodada «el ángel de los niños». La misionera llevaba 20 años en Haití. Los hombres que la cosieron a balazos pretendían robarla.