Carlos Morán: «Tiene que haber una regulación jurídica de las víctimas»
El decano del Tribunal de la Rota en España defiende que si se hubiera aplicado más el derecho canónico la crisis de los abusos habría sido menor
Pocas personas aparecen con nombres y apellidos en el informe sobre los abusos en la Iglesia elaborado por el Defensor del Pueblo. Carlos Morán, decano del Tribunal de la Rota, es uno de ellos. La sorpresa fue grande al verse referenciado, sobre todo porque cuando Ángel Gabilondo «vino a verme durante el desarrollo de su trabajo, se quedó encantado, me dio la enhorabuena y me dijo que era la institución que más le había llamado la atención», rememora Morán. A pesar de las buenas impresiones, Gabilondo, sin embargo, cargó con dureza contra el Código de Derecho Canónico durante la presentación oficial del informe, llegando a decir que su «pura aplicación ha conducido a la soledad, al silenciamiento, al secreto y a la indefensión de las víctimas». La posición de Morán es justo la contraria. Sostiene que si se hubiera aplicado literalmente el Código de Derecho Canónico la crisis de los abusos hubiera sido mucho menor. Es decir, si en lugar de trasladar de parroquia a sacerdotes abusadores —que reincidieron después en el delito, caso concreto que se ha dado en no pocas ocasiones— y se hubieran aplicado las penas que contempla dicho código, el crimen no se habría vuelto a cometer.
«El problema surgió cuando en la Iglesia americana», que fue la primera que sufrió este flagelo, «se decantaron únicamente por una aproximación psicológica o pastoral a los primeros casos. Intentaron ofrecer soluciones de tipo terapéutico, que son necesarias». Pero llegó un momento «en el que se hicieron conscientes de que era imprescindible echar mano del derecho». Este modo de proceder —aplicar primero el enfoque terapéutico y luego recurrir al derecho— se fue replicando en otras Iglesias locales y el problema se agrandó.
En cualquier caso el sacerdote, que participó a mediados de noviembre como ponente principal en la Tercera Jornada sobre Abusos de Poder y de Conciencia del Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR), reconoce que hay cosas que se pueden mejorar. Por ejemplo, la participación de las víctimas en los procesos. En este punto coincide con Ángel Gabilondo, quien precisamente parafraseó en su informe algunos artículos de Morán para criticar el hecho de que las víctimas no sean parte procesal en el derecho de la Iglesia. «Me reitero en lo que dije en esos escritos. Yo sostengo y defiendo que tiene que haber una regulación jurídica procesal de la condición de la víctima. Lo que ocurre es que en el informe no está transcrita la cita completa». Se obvia la parte en la que el jurista explica «que el derecho de la Iglesia no es extraño a otras tradiciones jurídicas, como el derecho francés, el italiano o el alemán, donde la víctima tampoco es directamente parte, sino que su defensa se hace a través de la figura pública, del fiscal, del promotor de justicia. Así ocurre en la mayoría de los ordenamientos jurídicos», sentencia Carlos Morán.
El decano del Tribunal de la Rota, sin embargo, tiene «la convicción» de que esto cambiará en el futuro. «Hay mucha gente que lo defiende, e incluso hemos dirigido alguna tesis doctoral en este sentido». Es cierto que a nivel doctrinal es una cuestión debatida, pero apunta que desde el tribunal se ha avanzado bastante en esa dirección en los últimos años. «Se han establecido muchos mecanismos de información, de protección y de respeto por los intereses de las víctimas», concluye Morán.