Carlos Chamorro: «La dictadura no ha podido callar a la prensa en Nicaragua»
El régimen de Ortega, que ha encarcelado a una veintena de opositores en las últimas semanas, ha intensificado la represión. El periodista Carlos Chamorro, galardonado con el Premio Ortega y Gasset 2021, está sufriéndola en primera persona
Mi intención era entrevistar a uno de los galardonados en los Premios de Periodismo Ortega y Gasset de El País, el nicaragüense Carlos Chamorro, director de Confidencial, pero este artículo se ha terminado convirtiendo en una conversación entre dos periodistas exiliados. El motivo, el allanamiento el 21 de junio por parte de la Policía de la casa de Chamorro, lo que ha motivado la salida del país de este y su esposa a Costa Rica.
La crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde 2018 ha dejado una represión brutal por parte del régimen de Daniel Ortega, que se ha convertido en el mismo dictador al que él ayudó a derrocar en 1979. La cifra de muertos asciende a 328, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y más de 100.000 nicaragüenses nos hemos visto obligados a salir del país; algunos por segunda vez.
Es su segundo exilio en menos de dos años. ¿Cómo lo está viviendo?
Trabajando. Yo regresé a Nicaragua el 25 de noviembre de 2019 sin ninguna garantía, pero con la convicción de reclamar mis derechos, porque estoy convencido de que los derechos se recuperan ejerciéndolos. Regresé al país para seguir haciendo periodismo. Pero, ante una nueva situación extrema que se desató a partir del 20 de mayo, cuando la Policía asaltó por segunda vez mi redacción, mi libertad estaba en riesgo. Decidí exiliarme nuevamente para seguir haciendo periodismo, y es lo que estoy haciendo en Costa Rica.
No es una situación que le afecte solo a usted; otros muchos periodistas nos hemos tenido que exiliar. ¿A qué se deben los ataques contra la prensa?
Esta es la segunda ola de criminalización contra el periodismo independiente. En la primera fue asaltada mi redacción, la de 100 % Noticias… Miguel Mora y Lucía Pineda fueron encarcelados durante más de seis meses. Para mí lo más grave es que se criminalice y se imputen delitos criminales a los periodistas por hacer periodismo. La prensa es la última reserva de las libertades en un país donde vivimos bajo un estado policial. Quiero resaltar que, en medio de esta persecución, la prensa nicaragüense resiste dentro y fuera del país. La dictadura ha cerrado físicamente medios, ha encarcelado periodistas… y no ha podido callar a la prensa. Lo más importante, y yo estoy convencido, es que la prensa va a seguir informando y que los periodistas independientes van a seguir llevando adelante este compromiso.
En medio de este escenario ha obtenido el Premio Ortega y Gasset. ¿Qué ha supuesto para usted? ¿Lo ve también como un reconocimiento al resto de periodistas independientes?
En efecto. Cuando recibí la noticia me sentí muy alentado, pero también la recibí como portavoz de este movimiento de la prensa independiente de Nicaragua que no acepta la censura y que va a seguir contando esta historia de dolor y también de la esperanza de cómo un pueblo está resistiendo para cambiar de manera pacífica una dictadura.
La Iglesia ha tenido un papel activo desde el 2018. Yo mismo he podido entrevistar al obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, en varias ocasiones. Pero ¿cómo ha reaccionado ahora la Iglesia antes esta nueva ola represiva?
La Conferencia Episcopal se pronunció recientemente y dijo que en Nicaragua no podemos aceptar la eliminación de las libertades democráticas, que no podemos tener unas elecciones fraudulentas; queremos tener elecciones democráticas. Lo que pasa es que los sacerdotes y obispos también están amenazados y hay que tener en cuenta que no son políticos. Lo único que le puede dar salida a esta crisis es la unidad nacional, y esto no es un tema de discrepancias ideológicas o de izquierdas-derechas, como algunos líderes políticos han pretendido señalar. Esta es una crisis entre democracia y dictadura, entre la mayoría de la gente, que quiere elecciones libres, y el régimen, que quiere impedir esta salida cívica. Yo confío en que los obispos de la Conferencia Episcopal van a jugar un papel muy importante en esta crisis.
Somos muchos los exiliados. ¿Cuándo cree que se darán las condiciones para poder volver?
Todos los nicaragüenses que salimos al exilio en estas condiciones de persecución política, salimos con la esperanza de retornar lo más pronto posible a nuestro país. ¿Cuándo? Cuando haya garantías. Por eso digo que es fundamental que regresen a Nicaragua las comisiones internacionales de derechos humanos. Eso sería una señal para decir que hay al menos un testigo que va a verificar y certificar el retorno de los exiliados.