Cáritas Nicaragua se ve obligada a cerrar ante las trabas del Gobierno
La entidad denunció recientemente el bloqueo aduanero que el Gobierno de Ortega les había impuesto desde 2019, impidiendo la recepción de donaciones del exterior
El Gobierno nicaragüense, a través del Ministerio de Gobernación, ha aprobado este martes la cancelación de la personalidad jurídica de Cáritas Nicaragua, según ha informado la agencia EFE. La medida fue acordada por «disolución voluntaria de miembros» y aprobada por la ministra de Gobernación, María Amelia Coronel Kinloch.
Cáritas Nicaragua tenía su estatus legal desde el 30 de noviembre de 1994 y estaba presidida desde el 15 de diciembre de 2021 por Sócrates René Sándigo Jirón, obispo de la diócesis de León y Chinandega (al noroeste del país). Recientemente, había denunciado el bloqueo aduanero que el Gobierno de Ortega había impuesto a la entidad desde 2019, impidiendo la recepción de donaciones del exterior.
Por todo ello, así como por la masiva ilegalización de ONG nicaragüenses y extranjeras por parte del Ejecutivo, los miembros de Cáritas Nicaragua acordaron unánimemente su disolución el pasado 31 de enero en una sesión extraordinaria. El cierre de Cáritas coincide en el tiempo con la retirada de la personalidad jurídica a la Universidad Católica San Juan Pablo II, a la Universidad Cristiana Autónoma de Nicaragua y también a otras entidades civiles como el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) —la patronal nicaragüense— y de todas las cámaras que lo integraban.
Persecución contra la Iglesia
Por otro lado, el Ejecutivo mantiene en la cárcel al obispo de Matagalpa Rolando Álvarez, quien fue condenado recientemente a más de 26 años de prisión, y ha prohibido recientemente el vía crucis de Cuaresma y las procesiones de Semana Santa. Se trata de nuevos pasos en una clara persecución religiosa que la pareja presidencial Ortega-Murillo ha recrudecido en los últimos meses.
El pasado 21 de febrero, el presidente Ortega calificó de «mafia» a la Iglesia católica y la acusó de ser antidemocrática por no permitir que los católicos elijan por voto directo al Papa, a los cardenales, a los obispos y a los sacerdotes. Ortega incluso ha llamado «terroristas» a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde 2018.