Cáritas en Ucrania «alivia la factura psicológica de la guerra»

Alistair Dutton, secretario general de Caritas Internationalis desde mayo, ha elegido Ucrania para su primer viaje internacional al frente de la organización. La misión tenía como objetivo comprobar in situ la labor conjunta de Cáritas Ucrania, la grecocatólica, y de Cáritas Spes, la rama católica romana. Desde que comenzara la invasión el 24 de febrero de 2022, ambas organizaciones han socorrido a más de tres millones de personas en un esfuerzo cada vez mayor que ha obligado a ambas a aumentar su capacidad y operatividad.

El secretario general ha explicado, en unas declaraciones recogidas por los medios vaticanos, que la respuesta que está ofreciendo Cáritas en Ucrania está cambiando, dado que el conflicto se está enquistando. Si en los primeros compases se trataba de ayudar a quien huía casi sin nada de las zonas atacadas o facilitar a los civiles el traslado a otras regiones o países, ahora la naturaleza de la ayuda es distinta, tal y como ha indicado Dutton: «Debemos ayudar a la gente a pensar, más que en lo que reciben día tras día, en cómo mantener a sus familias. Cómo pueden retomar su trabajo y obtener ingresos y mantener ellos mismos a sus familias para que no dependan tanto de la asistencia alimentaria o de otro tipo de ayuda».

Dutton ha explicado, por ejemplo, que Cáritas está contribuyendo a la reparación de casas dañadas con gestos pequeños, pero significativos, como sustituir unas ventanas rotas o reparar un tejado. Aunque ha señalado que todavía demasiado pronto para pensar en la reconstrucción: «Eso será algo que ocurrirá, en gran medida, cuando hayamos alcanzado la paz y la gente pueda empezar a pensar en un futuro a mucho más largo plazo».

En cualquier caso, ha subrayado que «es necesario ayudar al pueblo ucraniano a que no se acostumbre a la guerra», porque también es importante aliviar «la factura psicológica» que está cobrándose la invasión en estas personas. Por eso, Cáritas sigue presente con decenas de voluntarios y con todo su personal, centrado ahora en poner en marcha programas a largo plazo para que los ucranianos puedan «reiniciar sus vidas en la medida de lo posible». «Vivir en tiempos de guerra se está convirtiendo en algo cotidiano para la población de Ucrania».