Cáritas pide «soluciones concretas urgentes y la solidaridad de todos»

Cáritas Bielorrusia pide «soluciones concretas urgentes y la solidaridad de todos»

La UE ha aprobado este lunes nuevas sanciones contra el régimen de Lukashenko por la instrumentalización de migrantes, mientras la Iglesia en Bielorrusia celebró el domingo una colecta a favor de los migrantes atrapados en la frontera

María Martínez López
Frontera Bielorrusia
Migrantes y solicitantes de asilo en el control fronterizo de Bruzgi-Kuznica Bialostocka. Foto: BELTA / Oksana Manchuk / EFE

La Iglesia católica en Bielorrusia rompió este fin de semana su silencio sobre el conflicto migratorio en la frontera con Polonia. El domingo, las parroquias de todo el país realizaron una colecta a favor de los migrantes. Reunidos el sábado para analizar la situación «crítica» en la que se encuentran los solicitantes de asilo, subrayaron que los cristianos «no podemos ser indiferentes a la realidad del sufrimiento humano». Por ello, «es nuestro deber moral unirnos a la causa de ayudar a los migrantes».

Ese mismo día, la Cáritas nacional lanzaba un «llamamiento a las autoridades de todos los países implicados para actuar con decisión y rapidez para encontrar al menos soluciones temporales» a la crisis. «Por encima de todo» en este momento hace falta ayuda y buscar «la mejor solución para quienes están en la frontera». La Iglesia «observa con gran atención» la situación y «está siempre cerca de los que sufren» o se enfrentan a circunstancias difíciles, aseguraba el sábado el escrito de Cáritas.

«Independientemente de la crisis política actual» en el país, continuaba el comunicado, la situación «requiere soluciones concretas urgentes para controlar los flujos migratorios y la solidaridad de todos para tender la mano a la gente, especialmente niños y mujeres, que llevan días bloqueados en la frontera con la Unión Europea». Andrey Aniskevich, director de la entidad, añadía que «cada persona, sin importar de dónde venga, es como un hermano para nosotros» y «será tratado con respeto independientemente de su origen o razones para viajar».

Nuevas sanciones

Dos días después, este lunes, los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE) aprobaron un nuevo marco legal para impulsar la quinta ronda de sanciones contra Bielorrusia por el papel del Gobierno en la instrumentalización de migrantes, algo que Bruselas considera un «ataque híbrido». Según informa EFE, ahora la UE podrá sancionar a «individuos y entidades que organizan o contribuyen a actividades del régimen de Lukashenko que facilitan el cruce ilegal de las fronteras exteriores de la UE».

Hasta ahora, la Unión ha impuesto sanciones a 166 individuos y 15 entidades, incluido el presidente, Alexandr Lukashenko, y su hijo y asesor de Seguridad Nacional, Viktor Lukashenko. Las sanciones, hasta el momento, habían consistido en prohibiciones de viajar a territorio comunitario y la congelación de los activos que tengan en la UE. Además, en junio los países de la Unión Europea acordaron prohibir que las compañías aéreas bielorrusas y sus aviones sobrevuelen el espacio aéreo de los Estados comunitarios, así como impedir que los vuelos operados por ellas accedieran a sus aeropuertos.

«Vamos a defendernos»

Por su parte, el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, consideró que los vuelos que llevaban hacia Minsk a los migrantes de Oriente Medio están «casi» detenidos por completo. La Comisión Europea afirma que ya ha obtenido el compromiso de diversas aerolíneas para evitar la llegada de esas personas a territorio bielorruso. Mientras, el vicepresidente comunitario Margaritis Schinas se encuentra hoy en Bagdad, en la tercera escala de su gira a distintos países para tratar de frenar los flujos de migrantes irregulares.

El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, respondió a la perspectiva de nuevas sanciones asegurando que su país reaccionará con dureza. «Bien, veremos. Ellos creen que vamos a bromear, que diré algo y se acabó. Nada de eso. Vamos a defendernos. No tenemos adónde retroceder». Al tiempo, insistió en que su país no quiere «ningún conflicto» fronterizo y señalando que es Polonia la que está interesada en la crisis migratoria.