Me ha sorprendido la forma en que el obispo de Trondheim, Erik Varden, rechaza la fórmula aceptada de que nuestro mundo occidental es ya poscristiano. Según Varden, ese término no tiene sentido desde un punto de vista teológico, ya que «Cristo es el Alfa y el Omega y todas las letras intermedias». Y añade que, «si en ciertos periodos nos sentimos inmersos en el crepúsculo, es porque otro día está naciendo». Es curioso que un hombre nacido en la secularizada Noruega, que ha tenido que hacer todo un recorrido vital (e intelectual) para llegar a la fe cristiana, pase al ataque al decir que la secularización habría hecho ya su camino y se habría agotado sin demasiados logros positivos, y mientras tanto, el ser humano sigue vivo con sus profundas aspiraciones.
Varden observa, no sé si con demasiado optimismo, que «Marilynne Robinson y Jon Fosse son leídos en el mundo entero, que la gente va corriendo al cine a ver las películas de Terrence Malick y que miles de personas buscan formación en la fe». Sean cuales sean las dimensiones de estos fenómenos sociales, son signos que no cabe despreciar. Tengamos en cuenta que Varden viene de la otra orilla, que el mundo hipersecularizado ha sido el agua en que ha nadado desde su niñez hasta su encuentro con la fe. La conclusión que él saca de los signos mencionados es que «la Iglesia posee las palabras y los signos para transmitir la realidad de lo eterno».
Este monje-obispo nunca me ha parecido uno que se ilusiona fácilmente, por eso me interesa su apreciación de que «la tendencia se está invirtiendo gradualmente y un número creciente de personas empieza a hacerse preguntas, a buscar razones válidas para vivir», y que la tradición intelectual católica tiene una inmensa contribución que ofrecer en este sentido. Con una advertencia: a veces parece que tenemos complejo de inferioridad respecto de la cultura secular; los católicos no debemos ir detrás de las modas, que son lo más voluble del mundo, sino beber de la fuente de la Tradición viva de la Iglesia para poder servir a los hombres y mujeres de nuestro tiempo.