El 1 de noviembre de 2023, los Castellers de Vilafranca del Penedès (Barcelona) consiguieron cargar un «nueve de nueve con folre», una construcción que nadie había intentado antes; además, lo hicieron con una sola enxaneta, lo que por lo visto extrema su dificultad. Un «nueve de nueve con folre» es una torre humana de nueve pisos y de nueve personas por piso; la enxaneta es el casteller, normalmente un niño, que corona el castell. La dinámica de construcción de un castell implica la colaboración de muchísima gente, de ambos sexos y todas las edades y condiciones físicas de tal forma que, como en el rugby, todo el mundo, sin excepción, puede aportar algo a la colla castellera, por pequeño que sea, en función de sus características. Tota pedra fa paret, como reza el refrán catalán.
El 23 de julio de 2019, durante la celebración de una prueba de la Liga de traineras, la regata Orio Kanpina Bandera, en Guipúzcoa, a la remera Sandra Piñeiro se le rompió su remo. Una tripulación de trainera está compuesta por 13 remeros más un patrón, distribuidos en seis filas de dos remeros más el remero de proa, que va solo en su bancada anterior. Tras darse cuenta de que no podía remar y que su peso suponía un lastre para la trainera, Sandra Piñeiro decidió mantener su posición y seguir el ritmo de balanceo de sus compañeras, pero sin remo, para que toda la embarcación mantuviera el ritmo y el equilibrio, lo que le supuso un esfuerzo físico extraordinario, al filo de lo imposible. Su equipo ganó la regata y, al final de la temporada, la Liga de traineras.
Me he acordado de estas historias, que ponen en relación dos de las tradiciones más hermosas de nuestro país, los castells y las regatas de traineras, tras ver Esta ambición desmedida (Santos Bacana, Cristina Trenas y Rogelio González para Movistar+, 2023), el documental en tres capítulos sobre la gira Sin cantar ni afinar que el músico madrileño C. Tangana (nombre artístico de Antón Álvarez) hizo por España y algunos países de Hispanoamérica a lo largo de 2022. C. Tangana la usó para profundizar en las intuiciones creativas que dieron lugar a su disco El madrileño (2021), en particular el mestizaje de estilos y formas musicales, la actualización de la canción popular y tradicional y, sobre todo, la consideración de la pachanga y la fiesta como lenguajes con entidad y dignidad propias.
«Pucho [C. Tangana] es muy listo; sabe ver cosas buenas, juntarlas y hacer con ellas una cosa mejor», dice su madre en un momento dado. En efecto, tanto el disco como la gira se articulan a través de la admiración que el artista profesa hacia los que considera sus referentes, que se convierten en el centro del espectáculo. Al igual que Tintín, cuya figura Hergé fue devaluando progresivamente hasta convertirlo en un nexo de unión entre los personajes fuertes de su serie (Haddock, Tornasol, Hernández y Fernández…), C. Tangana se autorreduce voluntariamente casi a la función de un mero presentador de los cantantes en los que se inspira (Niño de Elche, La Tana, Calamaro…), indicando al público que lo importante no es que le miren a él, sino a las fuentes de las que bebe y a las que debe su pasión por la vida.
«Siempre había pensado que la trascendencia era ocupar un espacio muy grande; ahora me he dado cuenta de que tiene más bien que ver con la insignificancia, con darte cuenta de la comunidad», confiesa al final del documental el propio C. Tangana, que ha llevado este principio a su máxima expresión en Oliveira dos cen anos, el himno que compuso en 2023 para el centenario del club de sus (y mis) amores, el Celta de Vigo. En la canción, C. Tangana solo asoma tímidamente su voz una vez y deja que sea el pueblo de Vigo quien tome la palabra: la Coral Casablanca, el grupo de pandereteiras As Lagharteiras y la peña celtista Tropas de Breogán. La coralidad de la obra se ha culminado cuando, contra todo pronóstico (ya que es una canción compleja) ha sido adoptada por el propio público de Balaídos como canto de bienvenida a su equipo al comienzo de cada partido; el particular You never walk alone de la afición celeste.
La afición celtista en Balaídos, C. Tangana, Sandra Piñeiro o la colla castellera de Vilafranca son la clara muestra de que lo mejor de nuestra historia, cultura y tradición se da en la capacidad de acogida de lo diferente y en la inteligencia de saber integrar las cualidades de cada uno en la construcción de una obra común. «Cada vez que mires atrás / sempre hei estar aquí», dice el himno del centenario del Celta. Es el sostén de los hombros de quienes nos preceden, el generoso sacrificio de quien ama la obra común más que a sí mismo o la discreta presencia de quien vive agradecido por todos los dones recibidos, los factores que preparan la tierra para que esta, en tiempos y modos que no nos pertenecen, dé todo el fruto que está llamada a dar.