Brillante como el agua - Alfa y Omega

Brillante como el agua

Paula Fernández de Bobadilla
Detalle de la portada

Me encantan los libros de viajes y nada me gusta más que moverme con un libro como guía. Se mira de otro modo y se saca aún más placer a las dos cosas: a la lectura y al viaje. Llevar un libro bajo el brazo es ir de la mano de un amigo muy poco intrusivo que nos hace compañía y solo nos charla cuando toca. Hace 20 años crucé la Patagonia con Bruce Chatwin bien subrayado a mi lado. Recuerdo con especial cariño una parada en Bajo Caracoles, un punto minúsculo del mapa argentino del que yo desde luego no me acordaría si no me hubiese leído antes la descripción de Chatwin: «Bajo Caracoles es un cruce insignificante de caminos que parecen ir a ninguna parte». Y tan insignificante. Si no es por el escritor inglés, me habría limitado a repostar —que es lo que se hace en la Ruta 40 cada vez que se tiene la oportunidad— y habría olvidado aquel lugar al poco de dejarlo atrás. Porque es cierto que no es sitio muy reseñable, pero la frase de Chatwin sí que lo es; ahí está la gracia. Tenerla conmigo me hizo ver aquel puñado de casas polvorientas con otros ojos y lo grabó en mi memoria hasta hoy. 

Estos días ando liada con Diarios del agua, de Roger Deakin (Impedimenta, 2019) —qué buen ojo tienen en esta editorial, por cierto—. Inspirado en El nadador, el célebre relato de John Cheever en el que un hombre decide volver a su casa nadando a través de las piscinas de sus vecinos, Deakin se preguntó un día cómo sería cruzar Gran Bretaña a nado por sus ríos, pozas y lagos. El proyecto tomó forma y el resultado es esta delicia de libro, perfecto para leer a ratos sueltos, con tranquilidad, en la relativa calma veraniega. Una maravilla de verdad y muy, muy entretenido, pues el autor es ese tipo de persona que convierte en oro todo lo que te cuenta. Se publicó y tuvo muchísimo éxito porque la idea original, tan sencilla, resultó ser también brillante, y se convirtió en la precursora de un movimiento que ha ido ganando cada vez más adeptos y que se conoce como wild swimming, que no es otra cosa que nadar en la naturaleza. 

Deakin vivía en una casa isabelina que compró en los sesenta y que se dedicó a arreglar a lo largo de los años. Esta casa forrada de libros y llena de rincones y paredes poco uniformes y acogedoras tenía en su jardín un foso en el que el autor nadaba a diario entre tritones, ranúnculos y sapos. Por lo visto hubo un tiempo, hacia el siglo XVII, en el que los fosos estaban tan de moda como lo están las piscinas hoy día. Este se extiende por la parte delantera y trasera de la casa, y seguramente se pensó para mantener a raya al ganado. Aquí fue donde se gestó la idea de Diarios del agua

En estos tiempos en los que parece que no nos queda nada por descubrir porque todo lo hemos visto ya 70 veces antes de llegar, los libros de viaje vienen a nuestro rescate. Mientras que las guías andan de capa caída en su inútil competición con internet, el punto de vista de gente tocada por la gracia como Chatwin o Deakin es más refrescante que nunca. Cómo va a ser lo mismo visitar Cambridge sabiendo que durante años los niños aprendían a nadar en el Snob’s Stream y que no se les permitía hacerlo en el río principal hasta que eran capaces de cruzar el canal de punta a punta. 

El libro de Impedimenta tiene una cubierta brillante y antojable que no tiene nada que envidiarle a la original, y una traducción fantástica a cargo de Miguel Ros González, que ha hecho un trabajo extraordinario. Además, viene acompañado por un mapa de los baños de Deakin. Este tipo de detalles me llegan al alma. Si van a preparar un viaje a Gran Bretaña o, simplemente, les divierten las obras en las que se mezclan la historia con la naturaleza y el enfoque de alguien inteligente, ligero y con una sensibilidad especial para lo que le rodea, ya están tardado en hacerse con un ejemplar. Yo, por mi parte, ya he encontrado mi libro del verano.

Diarios del agua
Autor:

Roger Deakin

Editorial:

Impedimenta

Año de publicación:

2024

Páginas:

408

Precio:

25,50 €

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