Bombardeos rusos dejan Moldavia a oscuras por segunda vez en diez días
En una ciudad sin transporte público, hospitales, calefacción ni telefonía móvil, la Iglesia intentó «estar cerca de los más pobres», asegura el vicario de Chisináu
«Es el caos», relataba este miércoles Cesare Lo Deserto, vicario de la diócesis de Chisináu. «En este momento Moldavia está totalmente sin luz». Aunque en la mañana de este jueves ya se había restablecido el servicio a prácticamente todo el país, la víspera se vivió «una situación difícil», aseguraba el vicario, de origen italiano, a la agencia SIR.
El Ejército ruso efectuó el miércoles otro ataque masivo contra el sistema energético ucraniano con 67 misiles de crucero y diez drones. Aunque la Fuerza Aérea derribó 51 cohetes y cinco drones, el impacto del resto dejó a Ucrania de nuevo a oscuras con apagones generalizados. Y, como había ocurrido el 15 de noviembre, como consecuencia se desconectó la electricidad en toda la República de Moldavia, incluida Chisináu.
La capital quedó «totalmente paralizada», con los semáforos apagados y los «trolebuses bloqueados por las calles» porque «el transporte público funciona en un 80 % con electricidad». «Tampoco funciona la red de calefacción», relataba hace unas horas; ni la de telefonía móvil. «Solo se trabaja con internet por fibra óptica». A ello se sumaron lluvias torrenciales acompañadas de fuertes vientos durante la noche, lo que provocó daños adicionales en el tendido eléctrico.
«No podemos confiar» en Rusia
La situación obligó a los hospitales no solo a suspender las operaciones, relataba el vicario, sino incluso la atención de las urgencias. «No estamos preparados para un apagón de este tipo». En medio de esta situación, la Iglesia católica intentó «estar cerca de este pueblo y en particular de los más pobres, en la esperanza de que la situación no se deteriore aún más», compartía Lo Deserto.
Afortunadamente, así fue. El país ha restaurado prácticamente en su totalidad la electricidad en el país tras sufrir un apagón masivo la víspera por los bombardeos rusos contra la infraestructura energética de Ucrania, a falta de reconectar a la red unos 10.000 consumidores, informó hoy el distribuidor Premier Energy.
Según recoge Efe, la presidenta moldava, Maia Sandu, escribió en Facebook que «Rusia ha dejado a Moldavia en la oscuridad». El ministro de Exteriores, Nicu Popescu, llamó al embajador de la Federación Rusa, Oleg Vasnetsov, para pedirle explicaciones. Sandu añadía que «no podemos confiar en un régimen que nos deja en la oscuridad y el frío y que mata de forma intencionada».
Reivindicación de Moscú
Moldavia es el país más pobre de Europa. Desde los años 1990 ha perdido dos millones de habitantes debido a la emigración. Pero la guerra en Ucrania ha hecho crecer un 4 % la población por la acogida de 100.000 refugiados ucranianos, la mayor cifra de refugiados per cápita. De ellos, el 95 % está en casa de familias moldavas.
Toda esta movilización social se produce en medio de un clima de incertidumbre ante la posible extensión de la guerra a territorio moldavo. La propaganda oficial rusa incluye a menudo a esta antigua provincia del Imperio zarista entre los territorios que reivindica, informa Efe.
Además, Moldavia tiene en lo que sigue siendo formalmente su territorio a 2.000 soldados rusos que garantizan la independencia de facto del enclave separatista de Transnistria, que se desgajó en 1992 tras una guerra de secesión patrocinada por el Kremlin. Si Rusia se hace con Odesa, Moscú podría activar a sus tropas en Transnistria para que le ayuden a abrir un corredor que conecte la república títere con uno de los puertos más importantes del mar Negro.
En Ucrania, las autoridades de Kiev informaron de que al menos una persona murió y otra resultó herida a causa de nuevos bombardeos llevados a cabo por las fuerzas rusas. Un edificio residencial de dos plantas fue alcanzado por los misiles en Vishgorod. La nueva oleada de ataques provocó también apagones y cortes en el suministro de agua potable en varios distritos de la ciudad, y en todo el país.
«No tenemos electricidad ni acceso a internet», confirmaba a Alfa y Omega Odarka Bordun, responsable de Comunicación de Cáritas Ucrania, que tiene su sede en Leópolis. El mismo mensaje llegaba, cuando se restableció una mínima conexión, desde la diócesis latina de Odesa-Simpferopol.