Biden conmuta la pena de muerte de 37 presos
Asimismo, el presidente se ha mostrado partidario de que Estados Unidos ponga «fin al uso de la pena de muerte a nivel federal, excepto en casos de terrorismo y asesinatos en masa motivados por el odio»
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este lunes que conmutará las sentencias de 37 personas condenadas a muerte a nivel federal, en una decisión adoptada cuando falta menos de un mes para que abandone el cargo. Todas las sentencias afectadas se reclasificarán y se convertirán en cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, ha informado la Casa Blanca en un comunicado recogido por la Agencia EFE.
Asimismo, el mandatario se ha mostrado partidario de que Estados Unidos ponga «fin al uso de la pena de muerte a nivel federal, excepto en casos de terrorismo y asesinatos en masa motivados por el odio». En este sentido, la nota de la Casa Blanca recuerda que «cuando el presidente Biden asumió el cargo, su administración impuso una moratoria a las ejecuciones federales y sus medidas de hoy impedirán que la próxima administración confirme las sentencias de ejecución que no se dictarían con la política y la práctica actuales».
La conmutación se suma al indulto de 1.500 presos que el presidente del país anunció a princiupios de este mes. Los indultos y conmutaciones son una práctica habitual en Estados Unidos cuando se acerca la fecha del cambio de presidente. En este caso, sin embargo, Biden ha superado prácticamente todos los registros que había hasta ahora.
Guiado por su conciencia
Entre los beneficiados por la decisión de este lunes hay varios hispanos; entre ellos, Daniel Troya y Ricardo Sánchez Jr., condenados a muerte en Florida en 2010 por matar a cuatro personas de una familia en un ajuste de cuentas relacionado con drogas.
También verá conmutada su pena el pandillero de la mara Salvatrucha salvadoreña Jorge Avila-Torrez, condenado por asesinar a dos niñas en 2005 y a un oficial naval en 2009. O Edgar Baltazar García, de origen mexicano y que fue condenado a muerte en 2010 por haber matado a otro recluso en la cárcel de Beaumont, en Texas.
«Que nadie se equivoque: condeno a estos asesinos, lamento las víctimas de sus actos despreciables y lo siento por todas las familias que han sufrido pérdidas inimaginables e irreparables», ha dicho Biden. Ha añadido, no obstante, que guiado por su conciencia y por su experiencia como defensor público está «más convencido que nunca» de que hay que parar el uso de la pena de muerte a nivel federal. «Con la conciencia tranquila, no puedo dar un paso atrás y permitir que una nueva administración reanude las ejecuciones que yo detuve», ha concluido.