Beirut, año II tras la explosión en el puerto
Un 4 de agosto de 2020 la vida cambió para todos los libaneses en trece segundos sin que todavía se hayan depurado responsabilidades. El patriarca maronita denuncia obstrucción en la investigación
Más de 240 muertos. Más de 7.000 heridos y mutilados. En solo 13 segundos. La deflagración sacudió Beirut, pero la onda expansiva alcanzó todo el Líbano. Tanto que la vida cambió para todos los habitantes del país, no solo para los beirutíes. Dos años después no hay respuestas a la pregunta de por qué había 2.750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto de Beirut conservadas en condiciones lamentables. La peligrosa carga de un barco que terminó abandonado en el Líbano estuvo durante 7 años almacenada en el silo número 12 del puerto. A las 18.08 del 4 de agosto de 2020 explotó. En realidad, fueron dos explosiones, una en un almacén con material pirotécnico que propició la segunda de una potencia similar a una de carácter nuclear. Trece segundos que cambiaron la fisionomía de un país ya de por sí castigado por una constate crisis económica e institucional. En esos trece segundos murieron 248 personas, resultaron heridas y mutiladas más de 8.000 y 330.000 se vieron obligadas a abandonar sus hogares. Miles no han podido recuperarlos.
La situación económica del país de los cedros sido definida por el Banco Mundial como una de las peores que el mundo ha presenciado desde 1850. La libra libanesa ha perdido el 90 por ciento de su valor. Prolifera el mercado negro y 4 de cada 5 libaneses viven bajo el umbral de la pobreza. El pequeño país acoge además a más de 2 millones de refugiados, en su mayoría palestinos y sirios.
Derrumbes en el puerto hoy mismo
El puerto sigue destrozado. Los silos, que a duras penas se mantienen en pie, son el símbolo de una nación devastada. Este domingo se derrumbaron algunos de ellos generando un estruendo que despertó los peores recuerdos entre los beirutíes. El mismo día en que se cumplen dos años de la tragedia, se han registrado nuevos derrumbes. La cuarta parte de la estructura ha cedido apenas una hora antes de que cientos de personas fueran a concentrarse en ese lugar para conmemorar el segundo aniversario de la explosión. De hecho, hay muchas víctimas y familiares que han reclamado que los silos se mantengan como símbolo y memorial de lo que sucedió.
24 meses después no hay avances significativos en la investigación de lo sucedido. La situación política está estancada después de que las elecciones de mayo no hayan dado como resultado una mayoría. Parlamentaria. En octubre habrá elecciones presidenciales. La política ha intervenido de lleno en lo que tendría que haber sido una indagación judicial independiente.
«Deseo de obstruir»
Es lo que denuncia el diputado y abogado libanés Melhem Khalaf quien presentó una demanda contra el Estado libanés en nombre de un colectivo de 1.200 víctimas de la explosión. En declaraciones a la televisión pública italiana ha asegurado que hay factores internos y externos dificultando la investigación. Entre los internos, acusa claramente al Fiscal General de no llevar a cabo su trabajo adecuadamente. Asegura que las injerencias políticas han paralizado todo y que hay personajes de peso interesados en que no se vaya más allá. Sobre los factores externos, habla de desinterés internacional. El abogado señala que solicitaron hace meses a varios países que les enviaran las fotos tomadas por sus satélites en el momento de la explosión. «Estados Unidos y Francia, no han respondido a las peticiones del Líbano para que proporcionen imágenes por satélite del momento de la explosión, y la justicia libanesa aún no ha recibido los informes finales de los expertos extranjeros que participaron en las investigaciones preliminares». Esto refleja «un deseo de obstruir», sentencia.
También en la televisión italiana, el patriarca maronita, el cardenal Bechara Boutros Raï, se ha expresado en el mismo sentido. Ha denunciado que, de los 6 países a los que se han pedido fotografías, ninguno ha respondido y se preguntaba si es porque hay intención de encubrir algo o a alguien. Este jueves, en la misa que ha celebrado en la catedral de San Jorge en memoria de las víctimas, ha vuelto a acusar al gobierno de obstrucción con durísimas palabras: «Que Dios condene a esos funcionarios que están paralizando las investigaciones». «Lo sorprendente es que el crimen del Puerto de Beirut no haya estado en el centro de las prioridades del gobierno», ha sentenciado el cardenal.
Durante la audiencia general de este miércoles, también el Papa Francisco hizo un llamamiento a que se esclarezcan los hechos. Aseguró sus oraciones por las víctimas y los familiares y pidió que no se siga escondiendo la verdad.
El Santo Padre ha manifestado en numerosas ocasiones su deseo de viajar al país de los cedros. El gobierno libanés reveló que el viaje estaba previsto para mediados de este junio, pero fue suspendido debido a los problemas de rodilla del Pontífice.