Beatificados en Madrid doce redentoristas mártires
El cardenal Semeraro ha presidido la ceremonia: «La vida del Resucitado está en el cristiano»
«Concedemos que los venerables siervos de Dios Vicente Nicasio Renuncio Toribio y once compañeros, de la Congregación del Santísimo Redentor, mártires, humildes misioneros del Evangelio, fieles siervos del Señor hasta el derramamiento de sangre, de ahora en adelante sean llamados beatos y el día 6 de noviembre puedan ser celebrados cada año en los lugares y modos establecidos por derecho». Así lo recoge la carta apostólica que ha leído —por mandato del Papa Francisco— el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal Marcello Semeraro, este sábado, 2 de octubre, en la catedral de Santa María la Real de la Almudena.
Una vez inscritos en el libro de los beatos, se ha descubierto un tapiz con la imagen de los doce redentoristas, víctimas de la persecución religiosa de los años 30 en España, y se han llevado sus reliquias en procesión al presbiterio. Ellos, como ha subrayado después en su homilía el cardenal Semeraro, se vieron «atribulados, pero no aplastados; apurados, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; privados, pero no aniquilados», y llevaron «siempre» a todas partes el Cuerpo de Jesús y su vida.
Aludiendo a la primera lectura, la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios, el purpurado ha remarcado que «pone de relieve nuestra condición de fragilidad», así como «el poder de la vida de Cristo que habita entre nosotros». «La vida del Crucificado resucitado está en el cristiano», ha abundado, y este es «punto central» del texto y el recordatorio principal de la beatificación de este sábado.
En esta línea, con la vista en el «no tengáis miedo» del Evangelio proclamado, el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos ha destacado que «lo que es muerte se convierte en nosotros en vida». Y ha apelado a ser «fieles a Dios» como lo fueron los nuevos beatos, con «seguridad y confianza», con «la certeza de la Providencia del Padre» también expresada en el salmo —«A tus manos, encomiendo mi espíritu»—. «Esta es nuestra fe. “No temeré ningún mal”, explica san Agustín. […] Ahora Tú estás conmigo para que, después de la sombra de la muerte, también yo este contigo para siempre», ha concluido.
«Somos Buena Noticia»
Al final de la ceremonia de beatificación, en nombre de la Congregación del Santísimo Redentor, el superior provincial de España, Francisco Javier Caballero, CSsR, ha querido dar gracias, que es un palabra que está en la «raíz más profunda» de unos religiosos que «somos por vocación Buena Noticia para el débil» y que quieren llevar «esperanza» a otros. «Estos doce nuevos beatos —ha proseguido— son la expresión clara del compromiso misionero con la reconciliación, con el encuentro» de los hijos de san Alfonso María de Ligorio.
El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, por su parte, ha dado gracias a Dios por la celebración, al Santo Padre y a la familia redentorista en un día de «gozo» en el que sentir «la cercanía de unos hombres que fruto de su fe, de su adhesión Cristo y a su Iglesia, dieron la vida».
A su lado también han concelebrado el arzobispo emérito de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela; el arzobispo de Pamplona y Tudela y administrador apostólico de San Sebastián, Francisco Pérez González; el obispo emérito de Chachapoyas (Perú), José Ignacio Alemany, CSsR; los obispos auxiliares de Madrid José Cobo y Juan Antonio Martínez Camino, SJ; el superior general de la Congregación del Santísimo Redentor, Rogério Gomes, CSsR; el vicario general de los redentoristas, François Stanula, CSsR; el consultor general de los redentoristas, Nicolás Ayouba, CSsR, y el consejero de la nunciatura Renato Kucic.