Augustin Ndour: «Estamos hablando con el Partido Popular y Junts para que la ILP no muera»

Este jueves recibe el premio Carisma de CONFER por la ILP para regularizar a más de medio millón de personas.
Es un orgullo enorme porque representa el esfuerzo de muchas personas que han trabajado en la ILP y sin las cuales no hubiera salido adelante. Es el premio al trabajo en equipo, porque cuando los seres humanos se organizan hacen milagros. 

¿En qué punto se encuentra la ILP?
Los partidos políticos ya han hecho sus enmiendas y ahora estamos dialogando con ellos. La corrección del PSOE es bastante factible, pero lo que nos ha sorprendido muchísimo, y con un punto de decepción, es el PP porque proponen regularizar hasta los que han entrado en noviembre de 2021. Pero esa gente ya se está regularizando por la vía normal porque llevan tres años aquí, así que no tiene sentido. Las enmiendas del PP y de Junts son las que nos preocupan ahora mismo y estamos hablando con ellos, a ver si lo pueden modificar para que la ILP no muera.

¿Cuáles son entonces los siguientes pasos?
Sería la votación, pero antes preferimos negociar y hablar. Si tenemos el visto bueno del PP y del PSOE con las enmiendas adecuadas, ya se podría llevar a votación porque saldría adelante. Pero tal y como está no es recomendable, porque igual la echan para atrás y eso conllevaría que todo el trabajo que se ha hecho se tire a la basura. 

¿Cómo afecta a la ILP el nuevo reglamento sobre extranjería?
Esta reforma era muy necesaria. La sociedad civil la llevaba pidiendo hace muchos años. Es bienvenida y complementaria. Nosotros lo que pedimos es que las más de 500.000 personas que ya están aquí con nosotros tengan esa oportunidad de regularizarse y entrar así en el mercado laboral. Una cosa no quita la otra. 

El presidente de la CEE, Luis Argüello, recordaba en la apertura de la Asamblea Plenaria que también existe el derecho a no tener que emigrar. ¿Qué importancia tiene el trabajo en los países de origen?
Es fundamental. Eso no significa llenar los países del tercer mundo de ONG. Hace falta, por ejemplo, regular el comercio internacional y la explotación de los recursos minerales de los países empobrecidos. Hay un trabajo importante en esos lugares, porque el derecho a no tener que emigrar prevalece siempre. Pero tampoco olvidemos la fase del tránsito. Debemos tener unas vías legales seguras, porque en el siglo XXI se están produciendo barbaridades.

En este sentido usted está comenzando un proyecto interesante.
Sí, está impulsado junto a la Fundación para la Ciudadanía Global para poner a los jóvenes españoles en contacto con las realidades migratorias. El primer año hacemos con ellos experiencias en barrios periféricos, el segundo viajamos a Melilla o Ceuta para que vean la realidad fronteriza, y el tercero nos gustaría llevarles a Senegal para que tengan experiencia directa con jóvenes de allí. Que compartan inquietudes, porque los proyectos de un joven europeo y uno senegalés son muy similares: vivir en paz, con dignidad y poder formar una familia. Pretendemos conocernos porque, cuando lo hacemos, se caen muchos mitos.