Así hace crecer el coronavirus la fe y la solidaridad de los madrileños
Besos al Señor por la tele, grupos de oración por WhatsApp, familias encerradas rezando en casa…: la fe de los fieles madrileños está experimentando un aumento exponencial por el coronavirus
«Seguí la Misa esta mañana en TRECE con mucha devoción. Al ir a comulgar, incluso me acerqué a la pantalla, hice una comunión espiritual y hasta me emocioné. Os lo cuento para que sepáis que si no podemos ir a Misa, no os entristezcáis porque el Señor viene a nosotros igualmente. Él sabe más»: este es el mensaje que recibió ayer Noemí, del grupo de jóvenes Lakela, de la parroquia de Tres Olivos. Como esta mujer, son muchos los fieles madrileños que están experimentando un aumento de su fe y de su amor al Señor y los demás con motivo de la emergencia que vive Madrid por el coronavirus.
Los laicos se están organizando como pueden para seguir rezando y viviendo su fe, y el Señor está saliendo al paso. De manera espontánea están surgiendo grupos en WhatsApp como el Escuadrón de Oración, que reza la coronilla de la misericordia a las 15:00 horas y el rosario a las 23:00; o Diez minutos de oración, que retransmite la Misa diaria en streaming y reza la coronilla de la misericordia y el rosario.
En la mayoría de los casos, los grupos que habitualmente tienen reuniones presenciales las están sustituyendo por reuniones virtuales a través de WhatsApp, como Betania, el grupo de vida espiritual y sanación para personas separadas y divorciadas, que se une virtualmente para rezar el rosario por las noches.
La epidemia ha hecho incorporar a muchos a los enfermos y a los profesionales sanitarios a sus oraciones, como los miembros de la asociación reunida en torno a la Virgen del Abrazo de Valdebebas, que ha incorporado a su tapiz de intenciones a los enfermos por el coronavirus.
Las familias madrileñas también están viviendo estos días con intensidad. Sergio Cobos, medalla de oro en lanzamiento de peso, disco y jabalina en el último campeonato de España para trasplantados, es padre de siete hijos y estos días, debido a su condición de grupo de riesgo, tiene que quedarse en casa con su familia. «Estoy haciendo de padre, de amo de casa y de profesor al mismo tiempo», dice con humor. «Vivimos estos días respetando la situación, con calma pero sin miedo. Y rezando mucho con los niños: por los enfermos y por los que están trabajando en los hospitales, que están dando mucho más de lo que tienen. Y también rezamos por aquellos que no se están tomando en serio todo esto», dice para Alfa y Omega.
Son momentos que están sirviendo para reforzar lazos, como dice José Babé: «La mayoría de los empleados de mi empresa estamos trabajando desde casa. En estos momentos, nos sentimos todos más apoyados unos en otros». En su caso, afirma que «yo le doy gracias a Dios por el coronavirus. Por lo que respecta a mi familia puedo estar más cerca de ellos. Por lo que respecta a mis vecinos, creo que ahora sí nos sentimos más próximos unos de otros. Nos está permitiendo acercarnos más y preocuparnos de sus necesidades. Este virus nos ha obligado a salir de nosotros mismos y mirar más hacia afuera».
Es una ocasión que también se está aprovechando desde los colegios, como el colegio diocesano San Bernardo. Su director, Fausto Marín, cuenta que han habilitado clases online, pero «nuestra principal preocupación es estar cerca de nuestros alumnos y sus familias, así que diariamente les mandamos una comunicación preguntando cómo están y poniéndonos a su disposición».