Arranca 40 Días por la Vida: «Se sinceró sobre los abortos que tenía en su conciencia»
Rezan en silencio ante centros abortistas para decir a las mujeres que les importan y para combatir el pesimismo. Acusados de hostigarlas, con frecuencia son ellos los acosados
Se buscan 4.000 voluntarios a la semana para rezar por el fin del aborto. Desde este miércoles y hasta el 31 de octubre, diez ciudades españoles acogen la campaña 40 Días por la Vida. En su octavo año en España, la convocatoria pretende proteger a los no nacidos mediante el ayuno y la oración delante de centros abortistas y en templos.
Nayeli Rodríguez, responsable de la campaña en España, participa en ella desde que se lanzó en Madrid hace tres años. Anteriormente, había estado «muy implicada en otro voluntariado provida». Le movió a ello «haber visto la realidad del aborto, una gran injusticia contra los bebés y las mujeres que ocurre delante de nuestras narices». Pero en ese otro voluntariado, reconoce, había llegado a sentir «cierto pesimismo, porque pensaba que nunca se iba a acabar».
Recuperó la esperanza al conocer esta campaña, que desde 2004 ha convocado a un millón de voluntarios en 64 países y ha visto 19.198 vidas salvadas, el cierre de 112 centros abortistas delante de los que se rezaba, y la conversión de 221 de sus trabajadores. «Me hizo darme cuenta de que la oración es el arma más poderosa, y en una lucha tan desigual no se puede dejar de lado». Al contrario, «la raíz de todo esto es una herida en el corazón humano, y la forma de sanarla es a través de Cristo».
«Rezamos porque nos importas»
Según los organizadores, para que la campaña salga adelante hacen falta al menos 400 voluntarios por centro a la semana. Aunque cualquiera puede unirse a la oración en la distancia con su oración y ayuno, y Rodríguez anima a ello, subraya que siempre que sea posible «es importante acudir a los centros». Por un lado, «es un testimonio público de fe». Además, lanza a las mujeres que quieren abortar el mensaje que más necesitan oír: que no están solas, que «estamos rezando porque a nosotros nos importan ella y su hijo, y que ellas pueden salir de todo, pese a lo que les diga la sociedad».
Pero esta forma de evangelizar es de doble sentido. La portavoz considera fundamental que las personas contrarias al aborto no piensen en ello en abstracto. Hay que «ver cómo entran y cómo salen las mujeres, ponerles rostro», porque es cuando «se te parte el corazón». Por eso, subraya, «no vamos con superioridad moral ni a compadecernos de la gente que va a abortar; ni mucho menos a atacarla».
La portavoz de la campaña en Madrid cree que este mensaje va calando. Al principio, recuerda, «se nos miraba con cierta desconfianza porque el tema provida muchas veces se relaciona con algo agresivo». Pero desde entonces «ha despertado mucho interés y cada vez son más las ciudades que intentan organizarlo».
¿Hacia la ilegalidad?
La convocatoria de este otoño (se celebra otra cada año en Cuaresma) tiene lugar en medio de la incertidumbre sobre cómo afectará a la campaña en el futuro la previsible ilegalización de las concentraciones ante centros abortistas. En realidad, la proposición de ley del PSOE para reformar el código penal, que el martes fue tomada en consideración por el Congreso, solo recoge como delito el «hostigar o coartar la libertad» de la mujer mediante estas concentraciones.
«Teóricamente», si la ley se aprueba y se aplica con esa formulación, «a nosotros no nos afectaría», apunta Rodríguez. Los participantes en 40 Días por la Vida se limitan a orar en silencio y en ningún momento se dirigen a las mujeres que entran en los centros. Es más, a veces son ellas mismas las que les piden ayuda. Entonces sí hablan con ellas y las ponen en contacto con otras entidades provida. Sin embargo, la coordinadora no es optimista porque la formulación «es muy ambigua». Y recuerda que la semana pasada la ministra de Igualdad, Irene Montero, «hacía referencia explícita a nuestra campaña en un tuit, diciendo que con la ley se iba a prohibir». Como respuesta, se ha lanzado en redes sociales la campaña #RezarNoEsAcosar.
Acoso de Bildu
Hasta ahora, en las múltiples ocasiones en las que desde las clínicas han llamado a la Policía «nunca nos han podido mover, porque legalmente no hacíamos nada malo». Tampoco «hemos tenido ningún problema con las mujeres». Sí han sufrido la visita de entidades feministas, que en lugares como San Sebastián los acosaban diariamente. «Los últimos días fueron muy inquietantes porque aparecieron también miembros de Bildu y personas con una actitud muy agresiva».
Sin embargo la cosa no terminó todo lo mal que era de esperar; sino, en cierto sentido, dándoles la razón. Uno de los hombres que más agresivo había sido, hasta el punto de quitarle el móvil a un voluntario y lanzarlo al suelo, «volvió y se sinceró con ellos sobre cómo tenía tres abortos sobre su conciencia y no podía olvidarlos». No cree que sea una excepción: «Las personas que están metidas en esto con esa agresividad, suele ser por una razón similar».