Ante el acoso escolar, hay que enseñar a los niños «a establecer límites»
El CEU difunde un decálogo para «involucrar de manera activa a las familias y educadores» en el fenómeno del acoso escolar
Con motivo del Día internacional contra el acoso escolar, que se celebra cada 2 de mayo, la Fundación Universitaria San Pablo CEU ha lanzado una nueva campaña de sensibilización frente a este fenómeno. Su propósito es «involucrar de manera activa a las familias y educadores en la prevención y detección temprana de estas situaciones». Raúl Adames, director del Área de Colegios CEU, destaca diez propuestas concretas para ayudar a los menores a desarrollarse en un entorno de respeto y convivencia:
1- Ayuda a tu hijo a conocerse
No se puede amar lo que no se conoce, porque el primer paso del amor es el conocimiento. En la medida en que me voy conociendo como soy, puedo valorarme y confiar en mí mismo. Aprendemos, nos desarrollamos y maduramos como personas a través de la relación con los otros. Por eso es importante es convivir y pasar tiempo juntos los padres y los hijos en el hogar, primera escuela de la vida.
2- Muéstrale sus potencias
Aprender a confiar en uno mismo requiere conocer las propias fortalezas y orientarlas a la búsqueda del bien, no para la autocomplacencia sino para ofrecerlo al mundo. Sólo poniendo al servicio de los demás nuestros talentos somos capaces de hacer un mundo mejor, más humano, más armónico, más pleno.
3- Dale a conocer sus límites
Aprender a confiar en uno mismo también requiere conocer las debilidades propias, no para vivir en una frustración que desespera sino para estimular nuestra capacidad de afrontamiento y crecer en fortaleza y paciencia.
4- Forja su fuerza de voluntad
Las personas somos responsables de ir descubriendo nuestra identidad, somos seres en crecimiento. Esto conlleva esfuerzo y exigencia para hacer crecer nuestras fortalezas y superar nuestras debilidades, y así ir configurando nuestra identidad como hijos, amigos, compañeros, ciudadanos del mundo. Para ello es preciso ser responsable de mis quehaceres y relaciones.
5- Afianza su autoestima
Saber quién soy me ayuda a tener una autoestima sana. Esto es posible en un entorno de confianza donde se dé una aceptación incondicional de mi persona que está en crecimiento. Ese entorno seguro se construye en el día a día, acompañando en las rutinas, compartiendo actividades con ellos, comunicándonos entre nosotros.
6- Enriquece sus habilidades comunicativas
La comunicación es una herramienta que nos permite construir relaciones, resolver conflictos y aumentar el autoconocimiento. No es válida cualquier forma de comunicarse, sino aquella que se desarrolla de forma adecuada, aquella que nos permite expresar nuestras ideas y sentimientos con libertad y respetando las ideas y sentimientos del otro.
7- Alimenta la vivencia de respeto hacia sí mismo y los demás
La clave está en saberse amado y valorado por lo que uno es, en saberse digno de ser amado por lo que uno es en sí mismo. El respeto hacia los otros comienza en el respeto hacia mi propio ser.
8- Ayúdale a identificar el maltrato en las relaciones
El maltrato tiene diferentes lenguajes, humillaciones, burlas… Hay que tomar conciencia de la diferencia entre lo lúdico y lo agresivo en las relaciones de convivencia.
9- Anímale a decir «No»
La suma de los puntos anteriores invita a la persona a ganar en recursos de autoconocimiento, ampliar su autoconcepto y, por tanto, su autoestima. Es por ello, que ayudar a la persona a establecer límites e identificar situaciones de riesgo, favorecen a dar una respuesta como es decir «No» ante situaciones que le hacen daño.
10- Enséñale a pedir ayuda
Pedir ayuda permite que quienes sufren de situaciones de acoso dejen de ser receptores para convertirse en agentes de cambio. Cuando un alumno pide ayuda, ya activa su red de apoyo. A partir de este momento, hay que generar una respuesta de corresponsabilidad y de cuidado para poder intervenir y dar respuesta a esta petición.