Animadores Laudato si, o cómo llevar la ecología a toda la Iglesia
Gonzalo Sánchez Busons, profesor de un colegio concertado de Orense, es una de las más de 250 personas que en los últimos meses se han formado en España dentro del proyecto Animadores Laudato si. Espera poder llevar lo aprendido a su centro, aunque ya lleva 25 años poniendo en marcha actividades ecológicas
En los 25 años que Gonzalo Sánchez Busons lleva trabajando en el colegio de la Divina Pastora, en Orense, siempre ha intentado «inculcar a la juventud el gusto por la naturaleza» y la conciencia sobre la necesidad de cuidarla. Sobre todo, «predicando con el ejemplo». Este martes, siguiendo respetuosamente las medidas de seguridad por la COVID-19, él y un grupo de alumnos acudirán a los márgenes del río Miño para limpiarlos de basura. Esta actividad, una de las muchas que se realizan en el centro, se inscribe en la iniciativa 1m2 por las Playas y Mares, organizada por SEO/Birdlife y Ecoembes.
Pero el profesor quiere seguir profundizando en esta faceta, y por ello aprovechó la pandemia para formarse como animado Laudato si. Animadores Laudato si es un proyecto del Movimiento Católico Mundial por el Clima que ya ha formado en ecología integral a 8.000 personas de todo el mundo, que luego llevarán el cuidado de la creación a todos los ámbitos eclesiales (y seculares) en los que se muevan. En España, en primavera se formaron las primeras 50 personas. Durante este Tiempo de la Creación, que concluirá el 4 de octubre, están presentando sus proyectos finales los 220 inscritos en el segundo período formativo, que se celebró en verano.
De universidades a parroquias
Debido a la pandemia, ambos cursos se han celebrado online. Pero para sorpresa de su responsable, Antonio A. Garrido Salcedo, a pesar de ello los participantes no han sido mayoritariamente jóvenes, sino que «la media de edad estaba en 50 años». Entre ellos había, por ejemplo, «profesores de la Universidad Católica de Valencia o de la Universidad Francisco de Vitoria que han preparado conferencias para los alumnos».
Pero también «gente de parroquias que está haciendo peregrinaciones o formando a sus catequistas… Cada cual lo adapta a su nivel». En algunas diócesis como Toledo, Tarragona y Córdoba, estos animadores están incluso dando los primeros pasos para crear equipos diocesanos de ecología integral
Aprovechar la pandemia para formarse
A Sánchez Busons le llegó la convocatoria de los Animadores Laudato si durante el confinamiento, cuando él y su mujer, Aurora, también profesora, estaban aprovechando este período para formarse. La experiencia les ha permitido darse cuenta de que hay gente que comparte estas inquietudes y con la que se puede estar en red. También valoran el haber podido profundizar en el contenido de la encíclica del Papa Francisco sobre el cuidado de la creación «de forma clara y concisa, sin una terminología muy complicada».
Desde entonces, las salidas a correr de Sánchez Busons han dado lugar a paseos de varios kilómetros, solo o con Aurora, armado con bolsas y pinzas. «Todos los días volvemos con una o dos bolsas de porquería. Incluso lo hicimos este verano, durante nuestras vacaciones en Portugal».
La formación de los Animadores también ha animado a este profesor de Secundaria y Bachillerato a innovar en el colegio. Tiene previsto preparar durante el recién estrenado curso una serie de reflexiones y oraciones en torno a la custodia de la creación para dedicar a este tema, algunos días, la oración de la mañana. Esto, además de ofrecer una perspectiva de la ecología más profunda, le permitirá llegar a todos los alumnos del centro, y no solo a los que participan en Ecovigilantes.
Los Ecovigilantes
Las primeras iniciativas que se pusieron en marcha en el Divina Pastora, hace más de 20 años, fueron un club de senderismo y otro de cicloturismo, bautizados respectivamente como El Coche de San Fernando y Dale al Pedal, Chaval. «Fuera de horario, hacíamos salidas para estudiar la flora y la fauna de la zona, cuidar del paisaje, buscar vertederos incontrolados…».
Todas estas iniciativas, y otras, terminaron convergiendo en el grupo Ecoviligantes. Los alumnos que lo forman, entre 13 y 15 años, se reúnen una o dos veces por semana para actividades. «Hacemos una media de 120 salidas al año, unas 3.000 desde que empezamos», explica el profesor. También están invitados chicos que no sean del centro.
En muchas de estas salidas recogen basura. Luego, a veces, la llevan a la Plaza Mayor de Orense y piden cita con el alcalde para concienciar sobre el problema de la suciedad. Otras veces, un empresario de alquiler de bicicletas se las presta gratuitamente para hacer rutas por el entorno del río Miño. También participan en iniciativas y convocatorias más grandes, como el programa VozNatura, del periódico La Voz de Galicia, para colocar cajas nido que los chicos hacen en clase de Tecnología.
Un curso diferente
Uno de los problemas con los que están más concienciados es el de los incendios forestales. «Estos días hemos tenido once en los alrededores», lamenta Sánchez. Por eso, de vez en cuando invitan a agentes forestales para abordar esta cuestión, y un par de veces al año plantan árboles autóctonos. Por último, dentro del propio centro, se han puesto contenedores para recoger pilas y tapones de plástico y se promueve el proyecto STARS para ir a clase andando.
Con la recogida de basura de este martes dará comienzo, para los Ecoviligantes, un curso un poco diferente en el que «vamos a tener que hacer todo en grupos de diez como máximo, y siempre con niños de la misma clase». Pero, a pesar de las restricciones, Sánchez Busons está dispuesto a echarle imaginación para que sus alumnos sigan aprendiendo a custodiar la creación.