Amnistía Internacional denuncia graves torturas en el sistema de detención sirio - Alfa y Omega

Amnistía Internacional denuncia graves torturas en el sistema de detención sirio

En un informe publicado este miércoles, el organismo concluye que las personas recluidas «sufren de una crueldad y una violencia escandalosas» con métodos que incluyen palizas, posturas en tensión y descargas eléctricas

Ester Medina
Los presos extranjeros, sospechosos de ser parte del Estado Islámico, se encuentran en una celda de la prisión en Hasaka (Siria)
Los presos extranjeros, sospechosos de ser parte del Estado Islámico, se encuentran en una celda de la prisión en Hasaka (Siria). Foto: Reuters / Goran Tomasevic.

Tras la derrota territorial del Estado Islámico, alrededor de 56.000 personas, incluyendo mujeres y menores de edad, se encuentran recluidos en el sistema de detención sirio de forma arbitraria e indefinida. Esto es lo que declara Amnistía Internacional en un informe que ha hecho público este miércoles y en el que denuncia las torturas y violaciones de derechos humanos que se cometen en estos centros del noroeste del país.

En la investigación Siria: Muertes masivas, tortura y otras violaciones de derechos humanos contra las personas detenidas tras la derrota del Estado Islámico, se afirma que en estos centros se encuentran recluidas personas sirias, iraquíes y nacionales de otros 74 países que «sufren de una crueldad y una violencia escandalosas» con métodos de tortura que incluyen palizas, posturas en tensión y descargas eléctricas.

El informe se ha elaborado a partir de visitas realizadas por personal investigador a la región entre septiembre de 2022 y agosto de 2023, además de entrevistas a más de un centenar de personas que presuntamente estaban vinculadas con el Estado Islámico y que estaban o habían estado alguna vez recluidas.

«Estados Unidos ha contribuido a crear estos centros»

En una nota distribuida por el organismo, la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, apunta a la responsabilidad de Estados Unidos asegurando que «ha tenido un papel fundamental en la creación y el mantenimiento de este sistema de detención», ya que la coalición que creó el Departamento de Defensa estadounidense para derrotar al Estado Islámico en 2014, y en la que se incluían 29 estados más, «ha sido la responsable de modernizar estos centros y la construcción de otros nuevos». «Estados Unidos y la comunidad internacional han fallado a las víctimas de delitos del Estado Islámico y a sus familias, quienes siguen esperando investigaciones efectivas y justicia», dice Callamard.

En este sentido, el portavoz y experto sobre Siria de Amnistía Internacional España, Carlos de las Heras, recalca en conversación con Alfa y Omega que «lo más urgente ahora mismo es que las autoridades autonómicas dejen de torturar y aborden las condiciones inhumanas», no solamente identificando a las personas para que sean liberadas de inmediato, sino también «supervisando un proceso de mapeo juntando a las partes interesadas y donde se identifiquen soluciones, de forma que los responsables rindan cuentas ante la justicia».

«Llegué a un punto en que no podía gritar más»

Amnistía Internacional entrevistó a ocho hombres detenidos en el centro de detención de Sini, en la localidad de Al Shaddadi y, según sus testimonios, no les daban suficiente comida ni agua y vivían en condiciones inhumanas sufriendo hacinamiento, falta de ventilación y temperaturas extremas. Todo ello unido a la falta de asistencia médica y torturas en las que los azotaban con cables eléctricos o los suspendían por las muñecas en posturas dolorosas.

Uno de los testimonios relata al organismo cómo entraban a las habitaciones con tubos de acero y los golpeaban por todo el cuerpo: «Creo que el que estaba a mi lado murió. Dejó de moverse y gritar. Yo llegué a un punto en que no podía gritar más».

Otro de los entrevistados cuenta cómo eran testigos de las visitas que hacían los soldados estadounidenses al recinto: «Pudieron ver la sangre en la pared y ver a la gente con heridas de tortura».

Secuelas «devastadoras» para toda una generación

El informe también denuncia que hay un millar de niños, sirios y extranjeros, detenidos inmersos en este sistema de detención, y que sólo uno de cada diez ha sido acusado de haber cometido algún delito. También ellos estarían sufriendo algunas de las violaciones de derechos humanos que soportan los adultos, siendo separados en muchas ocasiones de sus madres.

Para Carlos de las Heras, las consecuencias a largo plazo para toda esta generación pueden ser «devastadoras» y afirma que «el dolor físico y psicológico que se les inflige puede dar lugar a dolor crónico e incapacidad, trastorno de estrés post-traumático y depresión. Por eso es tan importante que las personas que han sufrido tortura tengan acceso a reparación».