Nuevo secretario general de la CCEE: «El aumento de partidos nacionalistas manifiesta un fuerte descontento» - Alfa y Omega

Nuevo secretario general de la CCEE: «El aumento de partidos nacionalistas manifiesta un fuerte descontento»

El italiano Antonio Ammirati, nuevo secretario general del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa, destaca la defensa de la vida, la migración, el protagonismo de los jóvenes o las nuevas fronteras de la inteligencia artificial como desafíos a los que se enfrentan los obispos europeos

Rodrigo Moreno Quicios
Antonio Ammirati, en el centro, tras ser elegido secretario de la CCEE
Antonio Ammirati, en el centro, tras ser elegido secretario de la CCEE. Foto: CCEE.

Antonio Ammirati fue elegido secretario general del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa el pasado 27 de junio y por un periodo de cinco años. Sucede a Martin Michaliček, quien desarrollaba este servicio desde 2018.

¿Cómo ha sido su llegada?
El primer sentimiento es de gratitud a los obispos que me han elegido para este nuevo servicio y por su renovada confianza en mí. Cuando pienso en el trabajo que nos espera en el futuro inmediato, con la constitución del nuevo grupo de trabajo del secretariado, y en los compromisos que nos aguardan en los próximos años, a partir de la segunda sesión del Sínodo y del Jubileo que ya está a la vuelta de la esquina, crece la inquietud y la conciencia de que hay que empezar ya, sabiendo que en todo momento podré contar con el apoyo y la colaboración de los obispos.

¿Le ha dejado Martin Michaliček un buen legado?
En 2018 fui llamado por el cardenal Angelo Bagnasco, entonces presidente de la CCEE, para trabajar como vicesecretario general y portavoz de esta institución junto al padre Michaliček. Los años en San Gall (Suiza) junto a él fueron apasionantes: preparamos muchos encuentros de las distintas áreas pastorales en muchas partes de Europa y también algunos grandes eventos como el Simposio de la Juventud en Cracovia, las Jornadas Sociales Católicas Europeas en Bratislava o la Asamblea Sinodal Continental en Praga. También afrontamos juntos la pandemia: el miedo al contagio, la oración por los muertos, las citas del calendario que había que anular, el esfuerzo por replantearse el trabajo y empezar de nuevo. Y en todo ello, contamos con el apoyo de los empleados de la secretaría. Michaliček también construyó una atmósfera serena en la oficina que nos permitió no solo trabajar con alegría, sino también apasionarnos por el trabajo que estábamos haciendo. El compromiso es seguir por este camino.

Usted tiene formación periodística, ya que trabajó durante mucho tiempo en la oficina de comunicación de la Conferencia Episcopal Italiana y en la Rai 1. ¿Qué puede aportar esta experiencia a su trabajo?
Los años en la oficina de comunicación de la Conferencia Episcopal Italiana y trabajando en televisión han sido un tesoro precioso. Como periodista, siempre me he ocupado de la comunicación institucional, como autor y director de televisión he organizado eventos y programas que pudieran contar la vida de la Iglesia y presentar de la mejor manera posible el mensaje cristiano y la belleza del encuentro con Jesucristo. En este nuevo servicio, creo que es importante moverse entre estas dos esferas: el carácter institucional de una oficina de prensa y la creatividad de un director para afrontar mejor el trabajo de cada día y los retos de cada acontecimiento.

¿Cuáles son las prioridades del periodo que acaba de inaugurar?
La tarea de nuestro secretariado es reforzar la colaboración y el intercambio de los obispos europeos entre sí y con la Santa Sede, e iniciar relaciones de consulta con expertos de diversos campos. Como los obispos europeos han señalado en varias ocasiones, son muchos los desafíos a los que se enfrenta la Iglesia: la defensa de la vida y de la dignidad humana, la migración, el protagonismo de los jóvenes o las nuevas fronteras de la inteligencia artificial. El mayor desafío es la evangelización: anunciar en Europa la alegría del Evangelio que brota del encuentro con Cristo, única esperanza para la humanidad.

¿Están preocupadas las conferencias episcopales europeas por el mapa político tras las últimas elecciones? ¿Estamos viviendo un escenario de polarización?
Las elecciones son siempre un gran ejercicio de democracia. La participación en los últimos comicios europeos, con algo más del 50 % de los electores, debería hacernos reflexionar sobre cuál es el interés y el compromiso de los ciudadanos hacia la UE. Como señalaron los obispos de la COMECE, «se mantiene una mayoría proeuropea en el Parlamento Europeo. La mayoría de los votantes expresó su apoyo al proyecto europeo y un fuerte deseo de más Europa».

¿Cómo podemos impedir la polarización? ¿Tenemos los católicos un papel específico?
El fuerte aumento de partidos nacionalistas y euroescépticos, sobre todo en los países fundadores de la UE, manifiesta un fuerte descontento con la institución. Creo que es tarea de todos, empezando por el nuevo Parlamento Europeo, trabajar para reducir la brecha percibida entre la UE y sus ciudadanos y dar respuestas adecuadas a sus preocupaciones reales. Es urgente promover el diálogo sobre la justicia social; trabajar por la recuperación económica, social y eclesial en un contexto marcado por los desequilibrios demográficos, los trastornos tecnológicos y la injusticia ecológica.

¿Qué valores comparten las distintas conferencias episcopales? ¿Qué ideas tienen para estrechar la cooperación?
Para un nuevo comienzo que no deje a nadie atrás, el primer paso es invertir en la familia y en la defensa de la vida humana. Además, es necesario cuidar de las generaciones más jóvenes, de las realidades sociales más frágiles, de los pobres y de los migrantes, para que se ofrezca a todos una vida digna. Al mismo tiempo, es nuestro deber cuidar el medio ambiente, empezando por una profunda conversión ecológica a la que nos llama el Papa Francisco en Laudato si.

Usted también coordinó el Comité Organizador de la Asamblea Continental del Sínodo que se celebró en Praga en febrero de 2023. ¿Hubo algún aspecto reconocible que se incluyera con fuerza en la fase universal de octubre?
Por primera vez en la historia de la Iglesia, se convocó a participar en la Asamblea Sinodal a personas que no eran obispos y también se celebró una fase continental del Sínodo. Por primera vez en Europa, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas, se reunieron para escucharse y dialogar en un clima de respeto y de oración, más allá de las diferencias y de los obstáculos. Sin embargo, no es una conclusión previsible si tenemos en cuenta la gran variedad de lenguas, culturas y ritos presentes en las 39 Iglesias de Europa. De hecho, los miembros del CCEE representan a la Iglesia católica en 45 países europeos, todos con su propia lengua y cultura. Los días en Praga fueron un gran ejercicio de sinodalidad y nos permitieron mirar a los ojos a la Iglesia que está en Europa, así como al contexto social y religioso en el que viven nuestras comunidades eclesiales.