Almudena, la camella que lleva el nombre de la patrona de Madrid
«Se lo hemos puesto en honor a la ciudad de Madrid, que tan bien nos acoge siempre, y por el cariño que le tenemos a su patrona, la Virgen de la Almudena», asegura el gerente del Circo Quirós
Acaba de nacer y lo ha hecho con un bonito pelo castaño rizado. Se trata de Almudena, que ha recibido ese nombre «en honor a la ciudad de Madrid, que tan bien nos acoge siempre, y por el cariño que le tenemos a su patrona, la Virgen de la Almudena», asegura Nacho Pedrera, responsable de la pequeña.
Pero Almudena no es una niña, sino una camella asiática que se suma a la manada de ocho jorobados con los que cuenta el Circo Quirós, cuyo espectáculo se podrá ver hasta el próximo domingo 6 de marzo en la carpa que tienen instalada junto al centro comercial Islazul, en Carabanchel (Madrid).
Tras el alumbramiento llegó el bautizo, una semana después. El domingo 13 de febrero el sacerdote José Aumente Domínguez, director del Departamento de Pastoral de Ferias y Circos en la Conferencia Episcopal Española, bendijo a Almudena sobre la pista en la función de las 16:30 horas.
«Es tradición en el circo que cada vez que nace un animal se le haga un bautizo en la pista», explica Pedrera, que es el gerente y el presentador del espectáculo. Como padrino, Almudena contó con Álvaro González, concejal de Carabanchel y delegado de Vivienda.
No es el único tipo de celebraciones que atiende Aumente. «Cada vez que hay un bautizo, una boda, una comunión… pues le llamamos a él. Tenemos un trato muy frecuente», explica Pedrera. En estos casos, «la pista se convierte en una iglesia, con su altar y todo». La Pastoral de Ferias y Circos «es bastante particular, al ser prácticamente un servicio a domicilio», revela el presentador.
Presencia de animales
Por último, el gerente defiende la presencia de animales durante las actuaciones. «Es evidente que en el circo no hay maltrato. De hecho, somos el sector más controlado de los que trabajan con animales», asegura.
«Han nacido con nosotros y los entrenamos con premios y con cariño. Han cambiado mucho las cosas. Ya no están enjaulados uno por uno, sino en recintos donde pueden correr y jugar. Se les trata mucho mejor que en otros sitios. Además, hay un vínculo estrecho y directo con el animal», concluye Pedrera.