Alberto Royo: «La santidad es para los listos y los tontos» - Alfa y Omega

Alberto Royo: «La santidad es para los listos y los tontos»

Este sacerdote de Getafe ha sido nombrado relator del Dicasterio para las Causas de los Santos. «Hay hagiografías en internet muy edulcoradas», asegura

José Calderero de Aldecoa
El presbítero lleva años colaborando como consultor en el Dicasterio para las Causas de los Santos. Foto cedida por Alberto Royo.

Pasa de ser consultor del dicasterio a relator. ¿En qué consiste este cambio?
Es un trabajo totalmente diferente. Los consultores son miembros externos del dicasterio. Te mandan las causas a casa, las estudias, elaboras el voto y las devuelves. Después se hace una reunión de consultores en el dicasterio para cada causa. Se discute y, si se aprueba, pues pasa al siguiente paso, que es la consulta a los obispos y cardenales. Estos estudian el caso, lo que han dicho los consultores y dan su parecer. Si es positivo, pasa por último al Santo Padre.

En el caso de los relatores, al llegar la causa a Roma, la estudian y se aseguran de que no falte ningún documento, ninguna prueba, y de que todo esté bien presentado. El relator se tiene que estudiar a fondo la causa, para ver si cada problema está bien resuelto o no. Si hay pruebas suficientes. Este trabajo, que se hace en coordinación con los postuladores, es el que luego se presenta a los consultores.

¿Le ha tocado dar su parecer en alguna causa conocida?
He colaborado en la causa de la madre Maravillas de Jesús, de Rafael Arnaiz, de Manuel González y muchos de mártires. También me tocó estudiar el martirio de Óscar Romero y de Rutilio Grande, y la heroicidad de las virtudes de Carlos de Foucauld o de Carlo Acutis.

Tiene que ser edificante leer todas estas historias.
La verdad es que me ayudan mucho, sobre todo a comprender la santidad. Aunque ojalá me ayudasen más.

Lo que pasa es que suele haber mucha diferencia entre la vida real de un santo y la que puedes leer en un libro. Me ha ocurrido leer la biografía de alguna persona en internet y ver que está presentada de forma muy edulcorada y blanda. Luego me ha tocado estudiar su causa de canonización y ahí ves los sufrimientos que ha tenido, las dificultades, los defectos que han tenido los santos, y eso te ayuda y anima mucho. Si los santos han tenido todos esos defectos y han llegado a ser santos, yo también puedo llegar.

¿Qué significa hoy la heroicidad?

El desembarco de Royo en el Vaticano coincide con la celebración del Congreso La Santidad Hoy, que ha organizado el Dicasterio para las Causas de los Santos del 3 al 6 de octubre. «Desde los primeros siglos, la Iglesia ha apreciado en primer lugar la memoria de sus mártires y luego también la de sus confesores como verdaderos héroes de la fe. Ahora se trata de entender qué significa hoy la heroicidad, sobre todo en relación con el ejercicio de las virtudes, el martirio y la ofrenda de la vida», explicó el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del dicasterio, durante la presentación del evento.

El congreso, que concluirá con una audiencia con el Santo Padre abordará dos cuestiones: la fama de santidad y la heroicidad cristiana.

¿Algún defecto de los santos?
Uno de la madre Teresa de Calcuta. Yo no estudié la causa, pero me lo han comentado los que la estudiaron. Ves sus fotos y daba la impresión de ser una mujer muy dulce, entrañable, muy cercana y frágil. En el proceso de canonización, sin embargo, muchas de las monjas de su congregación se quejaban de que tenía un carácter muy fuerte, y eso no aparece en las fotos. Pero claro, es que en aquel momento había en la orden 4.000 monjas y o tienes un carácter fuerte o no gobiernas a 4.000 mujeres. Si hubiese tenido un carácter blandengue, no hubiese fundado nada.

Otro caso que sí me tocó estudiar: el del beato Columba Marmion. Era un hombre muy gordo y en el proceso de canonización algunos monjes dijeron que comía mucho. Cuando los consultores discutimos las virtudes heroicas, uno dijo: «Pero cómo vamos a presentar de modelo a un hombre que comía mucho». Lo que pasaba es que él se mortificaba mucho en la comida. Sí, comía mucho, pero es que podía comer mucho más.

Además de defectos, ¿qué más se necesita para ser santo?
No se necesita nada especial. Si es una llamada universal, como dijo el Vaticano II, pues no hace falta nada especial. Si hiciese falta algo especial, pues no sería para todo el mundo. La santidad es para los listos y para los tontos, para los guapos y los feos, para los sanos y para los enfermos, la santidad es para todos.

El Señor nos llama a todos y nos toca el corazón y nos abre el oído para que escuchemos su voluntad. Y algunos nos resistimos más y algunos se resisten menos. Entonces, los santos son los que no se han resistido, los que han dejado vía libre al Espíritu Santo, que al fin y al cabo es la acción de Dios. Los santos se han dejado guiar, han sido dóciles.

¿El de la santidad es un tema que interesa al Papa Francisco?
Está tan interesado que es el primer Papa en la historia que ha escrito un documento sobre la santidad, la exhortación Gaudete et exsultate. Papas que han aprobados decretos sobre los santos, o sobre los procesos de canonización, pues hay muchos, pero un documento sobre lo que es la santidad y cómo vivirla, Francisco es el primero que lo hace.

Durante la presentación del congreso se dijo que los santos no son una herencia del pasado, sino un proyecto del futuro. ¿Qué hay en ese futuro?
Tiene que haber más santos de países donde todavía no hay ninguno. Hay quien dice que hay muchos santos, pero cuando trabajas en el dicasterio te das cuenta de que hay muchísimas diócesis, e incluso países, en las cuales todavía no hay ningún santo. En Brasil, por ejemplo, que es enorme, los santos se cuentan con los dedos de una mano. Esos países tienen como modelos a santos de Francia, España o Italia, y sería muy bueno que tuvieran modelos cercanos a sus propias culturas. Creo que eso es fundamental y puede ayudar mucho a los fieles.