Albania se convierte en «un laboratorio de paz» durante los 24 Encuentros Mediterráneos
El arzobispo de Tirana puso como ejemplo a los 50 participantes en esta cita su país por la pacífica transición que vivió del comunismo a la democracia
«Hemos venido aquí para construir un futuro unido y fraterno», aseguró la albanesa Ejona este fin de semana en la clausura de los 24 Encuentros Mediterráneos. Estos son una iniciativa de la Iglesia a raíz de las visitas del Papa a varias ciudades de la región durante la última década como Bari, Florencia y Marsella.
Esta última convocatoria tuvo lugar del 15 al 21 de septiembre en Tirana, capital albanesa, con la participación de 50 jóvenes que, como Ejona, tienen entre 20 y 35 años. «La fraternidad no es solo un ideal, es algo que se vive y se siente en el corazón», añadió. Bajo el lema Peregrinos de esperanza, constructores de paz, los asistentes reflexionaron juntos acerca de los desafíos comunes de los países mediterráneos, caracterizados por crisis humanitarias, movimientos migratorios e incluso conflictos bélicos.
Arjan Dojad, arzobispo de Tirana-Durrës y anfitrión del encuentro, destacó durante esta cita la importancia de Albania como «laboratorio de paz». Como ejemplo, argumentó que en 1991 su país protagonizó una transición pacífica del comunismo a la democracia pese a haber sufrido una sangrienta persecución religiosa durante los años de dictadura. «Nuestra historia demuestra que, incluso en las mayores adversidades, es posible construir una sociedad basada en el respeto y la convivencia», subrayó.
Otro de los momentos clave del encuentro fue la lectura del emotivo mensaje enviado por el Papa Francisco el 17 de septiembre. Entonces llamó a los jóvenes a ser «peregrinos incansables de esperanza» y «a seguir los signos de Dios para que el Mediterráneo recupere su mejor rasgo: la fraternidad». Aparte de volver a exigir que este mar «deje de ser un cementerio», pidió a los asistentes actuar «con valentía y compromiso» para transformar la región en un espacio de paz. «La fraternidad es la mejor respuesta que podemos ofrecer a los conflictos y las indiferencias que matan», concluyó.
Durante la semana que los 50 participantes en estos 24 Encuentros Mediterráneos pasaron juntos, pudieron visitar mezquitas y catedrales ortodoxas y católicas. «La paz empieza cuando reconocemos la belleza del otro», afirmó Rasha, una participante siria licenciada en Educación por la Universidad de Damasco.
Finalmente, el encuentro terminó con un taller para que cada uno llevara a sus propias comunidades el mensaje de paz que desarrollaron juntos. «El cambio comienza con pequeños pasos», establecieron como conclusión final.