Aislados - Alfa y Omega

Aislados para proteger la vida y asegurarla, porque lo contrario ha llevado a muchos a una experiencia amarga o a la propia muerte. En apenas unas semanas, todos hemos sentido en la piel –y de alguna forma hemos incorporado en nuestro lenguaje– la precaución al contacto, la necesidad de aislarnos y la urgencia de agarrarnos a la vida. Algo que no esperábamos vivir nunca, pero que para otros es una experiencia histórica.

En la Amazonía hay registros de casi 150 pueblos indígenas en situación de aislamiento voluntario. Se trata de grupos que, en algún momento del proceso de colonización y explotación, optaron por recluirse, porque el contacto con el que llegaba traía muerte. La experiencia del otro había sido trágica y preservar la vida requería refugiarse, aislarse y controlar la relación que se quería tener con el entorno. Hasta hoy.

Actualmente, estos pueblos son de los grupos «más vulnerables» en la Amazonía, como dijo el Papa Francisco (Puerto Maldonado, enero de 2018). Son los más amenazados por el avance de la minería, la explotación de petróleo o gas, o la frontera agroexportadora, que pretende ocupar hasta los rincones más inaccesibles. El reconocimiento de que estos pueblos existen, que están ahí y que tienen el derecho a mantener el control sobre las relaciones con nosotros sin que nadie pretenda forzar el contacto –porque eso les garantiza la vida–, paralizaría legalmente grandes proyectos económicos. Por eso, negar la evidencia de su existencia se volvió estrategia de empresas y gobiernos; forzar su contacto, tentación nefasta de concluir el genocidio.

La Iglesia fue clara en el Sínodo de la Amazonía al exigir el respeto al derecho de estos pueblos a decidir, libremente, continuar manteniendo su aislamiento en defensa de la vida, y la obligación de los estados de preservar y proteger los territorios que estos grupos habitan. Hace apenas un par de meses la situación de estos grupos nos habría parecido inconcebible; tal vez hoy estamos más cerca de poder comprender a aquellos que, en algún momento de su historia, para escoger la vida (Dt 30, 19) tuvieron que optar por el aislamiento. Y tal vez, comprendiéndolos mejor, ahora podamos unirnos a la defensa de su vida y de sus territorios.