Adopte a un voluntario - Alfa y Omega

Gia Huang, que responde al nombre cristiano de Paul, procede de un pueblo del norte de Vietnam. Es ingeniero informático y se acaba de incorporar a la parte técnica de la página de la JMJ, www.madrid11.com. Ya-Chen es diplomada en turismo y viene de Puli, que como todo el mundo sabe es un pueblo de las montañas de Taiwán. Olivier es francés, y trabaja desde hace meses en el programa cultural de la Jornada. Terminó su MBA y decidió dedicar un año a la Iglesia, antes de volver al mercado laboral. Elsa es australiana, trabajaba como directora de proyectos de un banco de su país, y es el comodín de la JMJ: colabora con un área que necesita una mente rigurosa y sistemática.

Son cuatro del grupo de voluntarios permanentes de la JMJ. En agosto serán la cara de la Jornada Mundial, pero mientras tanto son ya la voz (porque se encargan de los perfiles en redes sociales y de la página web) y hasta las piernas y las espaldas de la JMJ, puesto que llevan todo el peso organizativo del acontecimiento.

Otros vienen de Italia, Alemania, Brasil, Lituania, Congo, Filipinas, Estados Unidos y un largo etcétera. Detrás de cada uno de ellos hay una historia que merece ser contada, cuyos ingredientes suelen ser los mismos, pero mezclados en proporciones únicas: la generosidad, la vivencia de Iglesia, la experiencia en otras JMJ, la búsqueda de la vocación que Dios les tiene preparada pero que aún no conocen…, y una buena dosis de aventura, porque a esto no se apuntan los apoltronados.

Son muchos, pero necesitamos más. El secreto de la JMJ no es que sepamos organizarla para ellos, sino que dejemos que la organicen ellos. El Papa los convoca en Madrid, y ellos organizan la fiesta. ¿No es lo lógico? Y, aunque es muy razonable que la columna vertebral sean los jóvenes de Madrid, verdaderos anfitriones de sus coetáneos de todo el mundo (por cierto, ¡todavía quedan plazas libres!), para que la Jornada sea verdaderamente mundial necesitamos otras sensibilidades, otras culturas y otras lenguas para que todo el mundo se sienta como en casa.

Por eso, si alguien me pregunta: «¿Qué necesitáis en la JMJ?», seguro que lo primero que diría (de una lista de 17.000 cosas) sería: alojamiento en familias para voluntarios permanentes. Necesitamos hogares donde se les acoja como a una hija o un hijo más, de aquí a agosto.

ía quien preguntara lo contrario: «¿Qué puede hacer la JMJ por mí?». Porque tengo la certeza de que quien acoge a un voluntario, es el primer beneficiado.

Yago de la Cierva es Director de Comunicación de la JMJ