Acción Católica mira a las diócesis en las que no está presente - Alfa y Omega

Acción Católica mira a las diócesis en las que no está presente

Al servicio de las parroquias y de las diócesis, quiere ayudar a que los laicos «puedan encontrarse con Cristo y crecer en su proceso de fe»

José Calderero de Aldecoa
El Equipo de Vida de la parroquia de Nuestra Señora de las Delicias, de Madrid, es paradigma de un laicado comprometido. Foto cedida por Lourdes azorín

En 2009 se produjo la renovación por completo de la Acción Católica General (ACG), un proyecto querido por los obispos para articular el laicado de la Iglesia española y que llevó a la unión de los tres movimientos tradicionales –Junior (niños), MJAC (jóvenes) y ACGA (adultos)– en una nueva realidad asociativa. Pero, más de una década después, ese proyecto todavía no está implantado en todas las diócesis. «Estamos presentes en 42 de las 70, y además tenemos contacto con otras siete u ocho más», asegura Eva Fernández, presidenta de la Acción Católica General.

En concreto, todavía «nos queda entrar en las diócesis catalanas principalmente», aunque «justo durante la pandemia hemos podido realizar algunos encuentros vía Zoom». En Barcelona, por ejemplo, «que se unió a la ACG hace un año, teníamos pensado hacer nuestra asamblea y el encuentro de laicos, pero surgió el tema de la COVID-19 y hemos tenido que tirar de internet», rememora la presidenta.

Ella completa la foto actual de la implantación de la ACG en España subrayando el dispar avance del proyecto en las diócesis en las que están presentes. «En algunas vivimos un momento de expansión grande», pero, «en otras, hay tan solo una realidad pequeña y les está costando hacerse un hueco». Fernández, que lleva tres años como responsable de la entidad, achaca la diferente implantación de la ACG, e incluso la ausencia total de esta en un tercio del panorama eclesial español, a «algunas reticencias que son reminiscencias del pasado», sugiere la presidenta, más preocupada en mirar para adelante que hacia atrás.

Eva Fernández

Enfermera de profesión, fue designada presidenta de la ACG en 2018 para un periodo de cuatro años.

Equipo de Extensión

En este contexto, justo antes de la pandemia la organización estaba inmersa de lleno en la difusión de su proyecto pastoral. «Estábamos yendo a muchas de estas diócesis en las que no tenemos presencia. Se había despertado un interés por conocer el proyecto y por renovar las parroquias a la luz de la propuesta que hace la Acción Católica General», subraya Eva Fernández. La COVID-19, sin embargo, echó por tierra todo este trabajo y paralizó la expansión que estaba viviendo la entidad.

Ante la pandemia, y con la extinción de las presentaciones físicas, tocaba reinventarse y ACG creó un Equipo de Extensión. «Está formado por dos o tres personas de cada diócesis para ver cómo se puede seguir ofreciendo el proyecto pastoral en este tiempo de pandemia», explica la presidenta. Fue en una de las reuniones del equipo donde surgió la idea de hacer un gran encuentro online, a través de Zoom, que no pudiera verse afectado por ninguna limitación de movilidad y que permitiera dar a conocer el proyecto a todos los que estuvieran interesados en él.

La presentación se celebró en dos partes, el pasado 27 de febrero y este miércoles, 10 de marzo, con el título Ven y verás, y fue un rotundo éxito. «La señal indicaba 520 puntos de conexión, pero en la pantalla se veían varias ventanas en las que había varias personas juntas. Algunas parroquias, por ejemplo, se conectaron y se veía a 20 o 30 fieles –todos ellos con mascarilla y respetando la distancia de seguridad– participando del encuentro». «La idea era contar lo que pretendemos, que es ser instrumentos al servicio de las parroquias y de las diócesis para que los laicos puedan encontrarse con Cristo y crecer en su proceso de fe», señala Eva Fernández. Este objetivo se concreta en la formación de equipos de vida en las parroquias que acogen el proyecto «para que cada persona vaya descubriendo a lo que Dios le llama, tanto a nivel personal como a nivel comunitario».

Presentación del proyecto de la ACG el 27 de febrero. Foto: Acción Católica General

De catequesis a Cáritas

En el caso de Lourdes Azorín, lo que descubrió gracias a la Acción Católica fue la misma fe. «La teta con la que la Iglesia ha amamantado mi fe es la teta de la ACG», detalla Azorín, que dice proceder «de la increencia más rebelde». Sin embargo, «fui abriéndome a la misericordia de Dios a través de mi participación en el movimiento». Así que, «en mi caso, el rostro de la Iglesia tiene los rasgos de la Acción Católica», asegura.

Junto a ella, otras once personas forman el Equipo de Vida de la parroquia de Nuestra Señora de las Delicias, de Madrid. «Antes nos solíamos reunir cada 15 días, pero en la pandemia se paralizó todo y ahora hemos vuelto a encontrarnos por internet», desgrana. Cada encuentro comienza con un momento de oración y sigue la metodología del ver, juzgar y actuar. «Previamente, hemos leído cada uno el tema propuesto para esa semana y ya en la reunión ponemos en común distintas circunstancias vitales que han sido iluminadas por el tema de la semana. Lo que intentamos es señalar una actitud desde la que profundizar a la luz de la palabra de Dios». El último paso «es descubrir a qué nos está llamando el Señor a nivel personal y también comunitario, en la parroquia». «En mi caso, por ejemplo, estoy en el coro y formo parte del Consejo de Pastoral. Hay otros que están implicados en la catequesis, en los cursillos de novios o en la Cáritas parroquial», concluye Azorín.