Abusos: la petición de perdón del arzobispo electo - Alfa y Omega

Abusos: la petición de perdón del arzobispo electo

Uno de los primeros gestos de José Cobo tras ser nombrado arzobispo de Madrid fue presentarse ante las víctimas de abusos, pedir perdón y asegurar el trabajo de la Iglesia en Madrid «posibilitando procesos de sanación donde cada víctima se ponga en el centro»

José Calderero de Aldecoa
Cobo durante su participación en la presentación de la muestra 'Shame european stories', en el espacio O_Lumen de Madrid
Cobo durante su participación en la presentación de la muestra Shame european stories, en el espacio O_Lumen de Madrid. Foto: Dominicos.

Cuando a una persona la nombran para un cargo, sus primeros gestos son escrutados por todos con atención, porque suelen revelar claves para el futuro mandato. El caso de José Cobo no es distinto al resto: el pasado viernes, 23 de junio, el arzobispo electo de Madrid hizo acto de presencia en la presentación de la exposición fotográfica Shame european stories, una colección de retratos de víctimas y supervivientes de maltrato infantil y abusos sexuales en la infancia realizados por el fotógrafo Simone Padovani, que se puede visitar hasta el 21 de julio en el espacio O_Lumen de los dominicos, en la capital.

Los organizadores —Justice Initiative y la ONG Infancia Robada— cursaron la invitación a Cobo mucho antes de que el Papa Francisco aceptara el 12 de junio la renuncia del cardenal Osoro y le nombrara a él para sustituirle al frente de la archidiócesis de Madrid, lo que le supuso una importante carga de trabajo. Solo aquel día, por ejemplo, tuvo que atender a cerca de una docena de medios que pidieron entrevista con el arzobispo electo. «Seguimos teniendo el reto de los abusos», reconoció entonces, durante la conversación con este semanario.

A pesar de las numerosas cuestiones a atender, Cobo no quiso romper su compromiso y acudió, tal y como había dicho, a la exposición, lo que deja clara la importancia que da el nuevo arzobispo a la atención a las víctimas. «Es una línea capital de su acción pastoral y seguro que va a seguir siéndolo», asegura Miguel García-Baró, coordinador del Proyecto Repara —entidad de atención a las víctimas puesta en marcha por la archidiócesis de Madrid—, quien pone como ejemplo, precisamente, su participación en dicha muestra fotográfica.

En aquel acto, el arzobispo electo de Madrid dio las gracias por «poder dolernos y sacar a luz tanto sufrimiento en forma de imágenes, de miradas y palabras que hemos compartido». Más allá de manifestar su agradecimiento, «hoy quiero en este espacio apoyarme en la voz del Papa y en la de mi antecesor, el cardenal Osoro, para pedir perdón». Y añadió: «Pero no queremos quedarnos solo en eso. Queremos seguir trabajando, compartiendo cicatrices y posibilitando procesos de sanación donde cada víctima se ponga en el centro».

Por último, Cobo aseguró que la Iglesia en Madrid no quiere esconder el sufrimiento que sus miembros han provocado y llamó a ponerse en camino «para impulsar juntos, con nombres, gestos y proyectos concretos, una cultura en donde las personas sean reconocidas y nunca se instrumentalice la dignidad humana ni sexual, ni económica, ni cultural ni espiritualmente».

Las palabras de José Cobo, que será consagrado como arzobispo de Madrid el próximo sábado en la catedral de la Almudena, fueron un bálsamo para las víctimas. «El sentirse atendidas por algunos miembros de la Iglesia es reconfortante y es parte de la terapia que necesitan», sobre todo en el caso de quienes fueron violentados por alguien de dentro de la institución, asegura Ana Cuevas, directora de campaña de Justice Initiative para España y una de las impulsoras de la muestra Shame. Las víctimas «necesitan experimentar que la Iglesia no niega lo que les ocurrió. Ya tienen bastante con lo sucedido. Si encima les dicen que no existió, el dolor se agranda», añade. Al contrario, la asistencia del arzobispo electo al acto fue visto como un síntoma de que algo está cambiando. «Él es un precursor. Ha hecho una propuesta muy adelantada a su tiempo», subraya Cuevas, para quien la presencia del arzobispo «es la prueba palpable de que es posible una Iglesia que no transija con el dolor de las víctimas». Más allá de su participación en la exposición, la directora de campaña de Justice Initiative valora especialmente el trabajo de José Cobo en otras iniciativas del ámbito, como es el Proyecto Repara. «La línea que siguen nos ha parecido muy bien. Es un ejemplo a seguir y, de hecho, ya se está replicando en otros lugares», como Teruel y León, concluye Ana Cuevas, quien también destaca la labor del obispo de Bilbao, Joseba Segura, y del presidente de la CONFER, Jesús Díaz Sariego.

Enfocado en sensibilizar

Según el coordinador del Proyecto Repara, el trabajo del nuevo arzobispo en el proyecto no se ha limitado a una labor de supervisión. Una vez en marcha, José Cobo ha seguido de cerca y «caso por caso todo lo que ha ido sucediendo», indica Miguel García-Baró, que destaca, además, el gran conocimiento de toda la archidiócesis del nuevo pastor. «Esto le ha permitido reconocer dónde y cómo había que trabajar más». Por ejemplo, «ha puesto mucho el acento en la sensibilización de todo el pueblo cristiano enviando a los miembros del Proyecto Repara a presentar su trabajo en las vicarías de la ciudad». Asimismo, «ha estado preocupado desde el primer momento por extender los cursos de formación de este proyecto, en sus diferentes niveles, a toda la diócesis», y «por la creación de un Sello Repara, que se otorgue a las personas y los grupos que se hayan comprometido con esta formación y con su difusión».

Por su parte, Lidia Troya, coordinadora de atención y responsable de acogida inicial de Repara, destaca la labor de sensibilización hecha por Cobo con el clero. «Ha dedicado mucho tiempo hablar a los sacerdotes de la archidiócesis sobre este tema y las consecuencias del abuso», ya sea sexual, de autoridad o de conciencia. Por último, Troya habla del nuevo arzobispo como «una persona que ha suspendido el juicio y se ha dejado tocar y afectar por las víctimas. A veces, escuchándonos a nosotros, quienes estamos más implicados en la atención y, otras veces, de manera directa con alguna persona concreta». De hecho, ha llegado a impartir los sacramentos de iniciación cristiana a una víctima de la Iglesia que «llegó a Repara a través de un centro residencial de Cáritas», y que «se vio que tenía el deseo» de bautizarse y comulgar como parte de su sanación.