Absuelto el matrimonio acusado de blasfemia en Pakistán - Alfa y Omega

Absuelto el matrimonio acusado de blasfemia en Pakistán

«Estamos intentando que la comunidad internacional organice su salida inmediata» de Pakistán por el peligro que corre su vida, explica su hermano Joseph a Alfa y Omega

María Martínez López
Foto: Joseph Anwar

«Mis padres y yo llevamos desde ayer llorando y alabando a Dios». Desde su exilio en los Países Bajos, Joseph Anwar recibió ayer la noticia que llevaba esperando siete años: su hermana Shagufta y su cuñado, Shafaqat Emmanuel, acababan de ser declarados inocentes por la Corte Superior de Lahore. «Dios nos ha dado la victoria», escribía en un mensaje a sus conocidos.

El tribunal anulaba así la condena a muerte por blasfemia dictada contra ellos en 2014. A juicio de los magistrados, «no hay pruebas» de que cometieran dicho delito. Supuestamente, el matrimonio había enviado mensajes contra el islam desde su móvil. El hecho de ser analfabetos no impidió la condena.

Los últimos meses han sido especialmente duros. Shafaqat tiene una discapacidad física y varias dolencias asociadas para las cuales no ha estado recibiendo tratamiento médico. El empeoramiento fue tal, que en marzo llegó a pasar tres días en coma.

Visado humanitario

La sentencia aún no es firme. La acusación ya ha anunciado que recurrirá ante el Tribunal Supremo del país. Sin embargo, Saif ul Malook, abogado de la pareja, ha explicado que hasta que este se pronuncie podrían estar en libertad. El problema es su seguridad. Si bien hasta ahora ninguna persona ha sido ejecutada por blasfemia en Pakistán, unas 50 han sido asesinadas durante el juicio o después del mismo.

Por tanto, nada más salir de prisión, Shafaqat y Shagufta deberían abandonar el país. «Estamos intentando que la comunidad internacional organice su salida inmediata», explica el hermano a Alfa y Omega. «Hemos contactado con el Ministerio de Exteriores de Bélgica», donde viven sus padres, y con el de los Países Bajos, donde se ha instalado él. También con la delegación de la Unión Europea en Pakistán. El objetivo es que algún país europeo «les ofrezca un visado humanitario» o asilo.

Resolución del Europarlamento

Sería la segunda gran ayuda que esta familia recibiera de Europa. Tanto Joseph como Malook están convencidos de que la absolución ha sido posible gracias a la implicación del Parlamento Europeo, que a finales de abril hizo pública una resolución contra la ley de la blasfemia. El texto aludía específicamente a este caso, e instaba a las autoridades paquistaníes «a que pongan en libertad de forma inmediata e incondicional» al matrimonio y a «que anulen su condena a muerte».

Después de eso, y tras años de continuos retrasos, ahora «el juicio fue muy rápido, solo tres días», narra Joseph. Además, han constatado que algunas instituciones públicas lo seguían de cerca. La resolución de abril del Europarlamento seguramente ha sido más persuasiva, además de por la contundencia del texto, porque apuntaba a una mayor vigilancia por parte de la UE de la libertad religiosa en el país. Es una de las condiciones para que este siga gozando de aranceles preferenciales dentro del Sistema de Preferencias Generalizadas Plus (GSP+).

Cambio de tendencia

Joseph aún no sabe si su hermana y su cuñado han sido informados de la sentencia. «Llamamos a la prisión y pedimos que alguien se lo dijera». De momento tampoco han querido que ningún pariente los visite. «Queríamos esperar a ver» cómo se desarrollaban los acontecimientos. «Contábamos con que una multitud de extremistas se concentrara en la cárcel para protestar». Cuando Asia Bibi fue absuelta por el Tribunal Supremo en 2018 después de diez años en prisión, se produjeron disturbios en todo el país. «De momento no ha ocurrido nada», se felicita Joseph.

Toda la familia espera que esta absolución, junto con la de Asia Bibi hace tres años, marque el comienzo de un cambio de tendencia en el país. «El Parlamento Europeo pedía a Pakistán que aboliera la ley antiblasfemia». Pero incluso sin dar ese paso, apunta, la situación cambiaría ya mucho si «el Gobierno actuara de forma inmediata para garantizar que los juicios son justos y no se basan en agravios personales».