A propósito del velo - Alfa y Omega

La filósofa francesa S. Agacinski ha publicado en Seuil un texto breve sobre islamismo e islamización con el título Frente a una guerra santa. Uno de los temas tratados con detalle es el del hiyab, prohibido en las escuelas francesas. Consciente de abordar un asunto complejo que provoca profundas divisiones, Agacinski analiza la cuestión desde los vínculos del hiyab con el islam como cultura, desde el estatuto que este reconoce a las mujeres y desde su relación con la cultura occidental. Velar a las mujeres no es exclusivo del islam, pero sí es en el islam donde esta práctica ha resurgido con la fuerza propia de las pretensiones identitarias. Lo que convierte el velo, subraya la autora, en un emblema político. En Francia, el Informe Stasi publicado en 2003 sobre laicismo y republicanismo concluyó que la batalla por el uso del velo en las escuelas respondía a un intento islamista de convertir la escuela en un campo de batalla. El velo era un elemento necesario para el proselitismo y para la batalla cultural, lo que en 2004 animó al legislador francés a prohibir el uso de símbolos religiosos en la escuela.

Al mismo tiempo que me sumergí en el libro de Agacinski, leí en el periódico The Objective una interesante entrevista al jurista J. Weiler. También él se refería al velo y lo vinculaba, directamente, con la libertad religiosa. En defensa de una joven musulmana que reclamaba su derecho a ir velada y que fue despedida de su trabajo por hacerlo, Weiler escribió un artículo titulado «Yo soy Achbita». El Tribunal Europeo falló a favor del empresario en defensa de la neutralidad. Weiler, que argumenta contrariamente al fallo, sostiene que la neutralidad se entiende mejor como imparcialidad y no como prohibición de símbolos religiosos en lugares públicos. No acabo de entender que pueda identificarse la kipá y el hiyab con el crucifijo. Pero sí creo, con Weiler, que la neutralidad no puede significar la discriminación entre religiosos y no religiosos. La cuestión es de solución difícil, sostiene Agacinsky, porque el islamismo desafía nuestros ordenamientos jurídicos. Y en este sentido, hago mía su pregunta: ¿puede la ley, en nombre de la libertad religiosa, amparar la discriminación de las mujeres?