A propósito de octubre - Alfa y Omega

A propósito de octubre

Beatriz Jiménez Castellanos

Al norte de Londres, cerca del parque de Hampstead, se alza discreta una iglesia dedicada al rosario. De ladrillo marrón, el exterior no destaca demasiado aunque la fachada principal sea bonita en su sencillez, con los arcos apuntados, la portada con la Virgen y santo Domingo de Guzmán, y un pequeño rosetón. El interior —arcadas, vidrieras, bóveda de crucería, estatuas— es fuertemente neogótico. La singularidad reside en su construcción: la larga nave tiene 14 capillas laterales que, junto con la vidriera del altar mayor, representan cada una los 15 misterios del rosario. El año pasado se terminó el jardín destinado a los luminosos, introducidos más tarde.

The Rosary Shrine pertenece a la Orden de Predicadores, cuyo fundador impulsó con viveza el rezo de esta devoción. Los dominicos llegaron a Gran Bretaña a principios del XIII y, a finales, se establecieron en el centro de la capital, donde la zona aún conserva el nombre de Blackfriars. Tuvieron que abandonar el país con la disolución de los monasterios y no regresaron hasta entrado el siglo XIX. Tras la emancipación católica, el cardenal Wiseman les pidió hacerse cargo de Kentish Town. Pronto adquirieron el terreno donde están ahora para construir el priorato y una iglesia. Durante el proceso, en 1873, un señor llamado Walmesley les presentó un ambicioso proyecto: construir una iglesia dedicada a Lourdes como agradecimiento por tantas bendiciones recibidas en Inglaterra por su intercesión. Era una ilusión novedosa en aquel momento, si se tiene en cuenta que las apariciones habían sucedido hacía relativamente poco (1858). En esa línea, la iglesia tendría el título de Nuestra Señora del Rosario y su estructura sería también reflejo de ello. La construcción se llevó a cabo financiada por benefactores locales y bajo el arquitecto converso C. A. Buckler, que además pagó de su bolsillo la capilla de la Anunciación.

En 2016, el arzobispo de Westminster otorgó a la iglesia el estatus de santuario diocesano. Y hoy, igual que entonces, sigue promoviendo el santo rosario como escudo contra el infierno, como arma poderosa para alcanzar el cielo.