A pesar de las dificultades, los cristianos de Egipto y Siria se unieron al Papa en la oración
La Iglesia y el mundo entero vivió una intensa jornada de oración por la paz, de la mano del Papa Francisco, el pasado sábado 7 de septiembre. La jornada de ayuno y oración convocada por el Santo Padre, tuvo una amplia respuesta por parte de los más de 1.200 millones de católicos del mundo, a los que también se unieron musulmanes, judíos, otros creyentes y no creyentes. A pesar de las dificultades en las que viven los cristianos de Oriente, las Iglesias de Siria y Egipto, también se sumaron a la convocatoria por la paz, rogando de modo especial por una situación que viven en primera persona
La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada ha mantenido un estrecho lazo con estas comunidades de cristianos que están siendo amenazadas y que viven el terror de la guerra y la violencia. Los cristianos de Egipto y Siria hicieron presente de forma especial el poder que tiene la oración para cambiar los corazones. Ellos son conscientes de que el final de la violencia viene por el perdón y la reconciliación, por eso no tienen reparo en manifestar su apuesta por la paz, aunque esto les exponga a nuevos ataques.
Desde el Patriarcado Copto Católico de El Cairo, el padre Hanni envía fotos de la vigilia de oración en la que también se celebró la Natividad de la Virgen María. Desde Siria, en medio de la cruenta guerra civil, llegan imágenes de una parroquia de la ciudad de Homs. Allí cientos de familias cristianas ya han huido por miedo a la guerra y a las continuas amenazas de los extremistas islámicos. Los cristianos que permanecen no perdieron la oportunidad de reunirse en oración por su propia tierra, desafiando las peligrosas calles de la ciudad. El padre Ziad Hilal comparte las imágenes del encuentro, en el que participaron hombres, mujeres y niños. En el altar se colocó un mensaje de comunión por la paz: Unidos con el Santo Padre en oración por Siria.
Durante la vigilia de oración celebrada en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa afirmó que «la violencia y la guerra sólo conducen a la muerte, hablan de la muerte! La violencia y la guerra son el lenguaje de la muerte!» Además, el Papa Francisco interpeló a los miles de fieles congregados y a toda la comunidad internacional, apostando por el diálogo y la paz. «¿Es posible seguir otro camino? ¿Podemos salir de esta espiral de dolor y de muerte? ¿Podemos aprender de nuevo a caminar por las sendas de la paz?» preguntó el Papa, asegurando que sí, es posible para todos. «Esta noche me gustaría que desde todas las partes de la tierra gritásemos: Sí, es posible para todos. Más aún, quisiera que cada uno de nosotros, desde el más pequeño hasta el más grande, incluidos aquellos que están llamados a gobernar las naciones, dijese: Sí, queremos».