A la Natividad de Nuestra Señora

Pues nace el Alba tan bella,
¿quién dudará que el sol salga
de una Virgen tan hidalga,
de una Madre tan doncella?
Huye la noche cruel
del pecado temerosa
la luz de esta niña hermosa,
que hoy nace al mundo sin él.

De la corte celestial
a Nazaret venís hoy
virgen con tanto caudal,
que la bienvenida os doy
por nuestra aldea mortal;

nadie como vos le pida,
que como fuiste nacida
para ser Madre de Dios,
ninguna fue como vos
a este aldea bien venida.

De vos, niña esclarecida,
dijo Dios que el pie pondréis
sobre la fuente atrevida,
luego la muerte daréis
al que nos quitó la vida.

A esta aldea bien venida
seáis, niña tierna y fuerte,
pues habéis de dar la muerte
al que nos quitó la vida.

Y pues al mundo venida
su remedio en vos tenéis,
vivid, niña esclarecida,
que con vivir mataréis
al que nos quitó la vida.

La vida, entonces perdida,
venís, naciendo, a traer;
pues si nos traéis la vida,
¿quién como vos puede ser
a esta aldea bien venida?

Lope de Vega