Empleadas del hogar: el grupo parroquial que solo puede reunirse los domingos
La Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Madrid organiza una bendición para las personas que trabajan en las casas. La de Guadalupe, muy cerca, tiene una comunidad
«Hay que cuidar a las personas que trabajan en las casas. En la zona de Prosperidad hay muchas, que se dedican sobre todo a cuidar a los mayores». Así explica el sacerdote José María Calderón la decisión de celebrar este viernes, a las 20:15 en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, una bendición a quienes trabajan en el servicio doméstico. La fecha elegida coincide con la memoria de san Onésimo, patrono de los empleados del hogar.
Esta apuesta pretende dar un paso más en la labor que ya hace la Iglesia con las trabajadoras del servicio doméstico, fundamentalmente desde Cáritas. Ana García Orozco, trabajadora social de Cáritas del arciprestazgo Sagrado Corazón de Jesús, explica que a esa parroquia y sobre todo a la cercana de Nuestra Señora de Guadalupe acuden «muchas mujeres buscando trabajo» como empleadas del hogar. «Además, hay gente que viene a buscar alguna chica que le ayude en casa. Las asesoro y las remito al Servicio de Orientación e Información para el Empleo de Cáritas, a los servicios de empleo del Ayuntamiento, o a los centros con orientadores laborales que hay en el barrio».
De hecho, Cáritas Madrid tiene un servicio especialmente dedicado a este sector: Asistencia y Compañía (ASYCO). Astrid Salas, su responsable, explica que «las acogemos y las formamos en habilidades y competencias que necesitan para su trabajo, como cocina básica española, para mejorar sus posibilidades de encontrar un trabajo digno».
Formación y sensibilización
Otra de sus labores es la sensibilización; tanto informando a las empleadas domésticas «sobre sus derechos y deberes» y qué pasos pueden ir dando para regularizar su situación si no tienen papeles, como explicando a los posibles empleadores las condiciones de un trabajo digno.
Antes de orientarlos hacia las entidades que los pueden ayudar en su búsqueda, «les contamos que tienen que pagar» al menos «el salario mínimo interprofesional con dos pagas extra» y darlas de alta en la Seguridad Social. Además, si son internas, «deben tener día y medio libre el fin de semana, y dos horas durante la semana. También les explicamos que con su oferta pueden contribuir a que una persona indocumentada regularice su situación». Para ello, unos y otros contarán con la asesoría jurídica de Cáritas.
El día libre, a la parroquia
En lo pastoral, la bendición de empleadas domésticas en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús se suma a la atención que también se les ofrece en el barrio de Prosperidad en Nuestra Señora de Guadalupe. Al ir acercándose gente buscando ayuda –explica García–, hace años surgió un grupo de inmigrantes, la mayoría de las cuales tiene este trabajo. Aunque ahora está muy disminuido por la crisis, Interguadalupe sigue siendo un apoyo para personas como Nancy, colombiana, con 16 años en España.
Conoció el grupo en uno de sus momentos más duros aquí, cuando en pocos meses vivió en la distancia la muerte de su padre y el asesinato de su hermano. Una amiga la invitó a las reuniones. «Somos la única comunidad de la parroquia que nos reunimos el domingo –cuenta–, porque entre semana no podemos ninguna. Yo entro a las ocho y media de la mañana en un trabajo y salgo a las diez de la noche de otro. Y los sábados algunas estudian. Aquí valoran que vengamos el único día que tenemos libre, y eso nos anima a seguir adelante».