No solo Francisco: Juan Pablo II ya escribió al matrimonio de Fuenlabrada, también por un donativo
Josefa y Amaro no cejaron para ayudar a los cristianos perseguidos, y el Papa se lo agradeció. «A lo que menos importancia le dábamos era a la carta, el Señor nos ha premiado mucho»
Esta historia comienza con un libro y termina con una carta escrita por el Papa Francisco a un matrimonio jubilado que vive en Fuenlabrada (Madrid). El libro en cuestión sobre la coronilla, el viacrucis y la novena a la Divina Misericordia, y llegó a las manos de Josefa y Amaro como regalo de una desconocida; «una intermediaria de Jesús, me supongo», dice Josefa. Ella se interesó por ver dónde podía comprar más, y llamó a un número de teléfono que aparecía en el libro. Al otro lado de la línea, le ofrecieron una peregrinación de 9 días a Roma para ella y su marido, para participar en los actos del Año Santo de la Misericordia. «Esto nos lo ha puesto Jesús, hay que ir» le decía Josefa a Amaro.
Unos meses antes, Amaro había tratado de ponerse en contacto con alguna entidad que ayudara a los cristianos perseguidos para enviar ayuda a los refugiados. Pero no recibió contestación, y al preparar su viaje decidieron escribirle al Papa y entregarle a él, directamente, su donativo. Ya en Roma, en septiembre de 2016, le dieron el sobre a la persona responsable de la peregrinación para que se la entregara al Papa, y así lo hizo.
«Nos imaginamos que nos contestaría; si no era el Papa, sería el secretario», recuerdan. Pero fue el propio Francisco quien envió una contestación de su puño y letra que ya se encuentra en Madrid. En casa, el matrimonio tiene también una carta de san Juan Pablo II, que la Nunciatura apostólica en España les hizo llegar en el año 2000 después de que el matrimonio diera la mano al Papa polaco y, también en este caso, le entregaran un donativo.
La Iglesia, «perseguida por todos lados»
Creen que la respuesta del Papa es para «que estemos con él y con los cristianos perseguidos». Tanto ella como su marido son conscientes de las dificultades que tienen muchos cristianos en el mundo. «La Iglesia últimamente está perseguida por todos los lados» y por ello también mantienen el contacto y colaboran con algunos de los padres que se encuentran en Tierra Santa.
Con todo, para este matrimonio lo importante no ha sido la carta, sino la presencia de Dios en este camino. «El Señor nos premió con ese viaje un montón, a lo que menos importancia le dábamos era a la carta». Josefa explica, por ejemplo, que al tratarse de una peregrinación para ganar el jubileo del Año de la Misericordia, visitaron también el santuario del Amor Misericordioso, que la dejó impactada. «Fuimos a muchos sitios, pero como ahí, no palpamos a Jesús» en ningún sitio.
Para ella lo más importante es «que la gente tenga fe y pida. Dios está con nosotros. Si se lo pedimos, Dios nos escucha. La conversación esta que estamos teniendo nosotras, está grabada en el cielo».