No es verdad 889 - Alfa y Omega

Ricardo ha pintado, en El Mundo, como se ve en la foto que ilustra este comentario, la viñeta de los Sanfermines 2014: un toro corre por la calle de la Estafeta, intentando cornear al mogollón de corredores con pañuelico rojo al cuello, y le va diciendo a otro toro: No es justo; mientras nosotros estamos indefensos, ellos están casi todos aforados. ¿Se referiría el cornúpeta a la familia del honorable Pujol que, según el mismo periódico contaba, a toda portada, ese mismo día, ingresó 3,4 millones de euros, en un mes, en un Banco de Andorra? La España actual no volverá a ser un país decente y civilizado –democrático es otra cosa, de otro nivel– hasta que toda esa siniestra plaga de aforrados, privilegiados y blindados pase a cobrar el paro al que tenga derecho, si lo tiene, como todo quisque que haya prestado a la comunidad servicios tan señalados o más que ellos, y mucho más prolongados y peor pagados; no digamos ya las viudas de los jubilados fallecidos, que cobran la mitad de la pensión del marido, pero pagan íntegros los impuestos. Y lo más indignante es que, cuando se destapan estas ollas podridas, los cogidos con las manos en la masa todavía pretenden cínicamente dar lecciones de ética. El neurocientífico Fuster ha dicho, estos días, a la prensa que «la libertad está en la corteza cerebral». No es verdad; yo al menos creo que la libertad está en otro sitio más espiritual; pero, si lo fuera, la corteza cerebral de los honorables sujetos de las ollas podridas habría que diseccionarla con escalpelo y analizarla con todo cuidado.

En esta España querida y desconocida, en la que ya muere más gente que la que nace, y en la que hay tanto cantamañanas antisistema de boquilla y conveniencia, y tanto analfabeto funcional con balcones a la calle, jaleado por palmeros disfrazados de periodistas, alguien que, como Ignacio Camacho, periodista sí lo es, escribe que aquí «la democracia está secuestrada; ha ocurrido por tres causas esenciales: la corrupción transversal y masiva de la clase dirigente, epidemia moral que ha devastado la nobleza de la política; el rápido empobrecimiento sufrido en la crisis por la burguesía media; y el fracaso educativo de un sistema incapaz de transmitir la virtud de sus valores. El profuso adoctrinamiento ideológico de la Logse no ha logrado explicar a las jóvenes generaciones los fundamentos del régimen constitucional y de su pacto por la convivencia». Amén. También ha escrito que «la sociedad democrática tiene la obligación de evitar la incipiente despenalización moral retroactiva del terrorismo». Más amén. Y otrosí: «En el casting socialista las ideas de los candidatos caben en un tuit, y es probable que acabe ganando el más guapo». ¿Cómo cuando ZP? Amén también, y el que avisa no es traidor. ¿Cómo es posible que un magistrado de la Audiencia Nacional, creada precisamente para combatir el terrorismo, salga diciendo, a estas alturas, que «las condenas a los etarras son altas y desproporcionadas»? Y ¿sigue todavía en su cargo? Y ¿para cuándo el respeto y el homenaje debido a una profesional de la justicia de verdad, como la juez Alaya, inasequible al desaliento en medio de tanto chanchullo no jurídico sino leguleyo? «Quienes se mueven por intereses -ha sentenciado Juan Manuel de Prada, en ABC– siempre han sentido pánico ante quienes se mueven por principios».

Habrá quien diga que el que no se conforma es porque no quiere y que peor están en la vecina Francia, donde el golfeo registra cotas de record, con cuatro Presidentes de la República seguidos chapoteando en la corrupción, y pagando el pato, pero nunca vendrá más al pelo el sabio y viejo refrán castellano: Mal de muchos, consuelo de tontos. Parece, según informaciones de última hora que todavía no he visto desmentidas, que el baranda principal de Gibraltar pretende engañar a tontos útiles españoles reuniéndose con ellos nada menos que en nuestro Parlamento -todo vale-, y algunos incluso ya se han apresurado a apuntarse al bombardeo de la indignidad, mientras otros sugieren que tales hijos de la Gran Bretaña si quieren hablar, hablen con los monos del Peñón, y dejen de provocar tensiones intolerables, pero increíblemente toleradas. JM Nieto, humorista, ha pintado, en ABC, un submarino nuclear de clase butifarra, de la Armada nacional de Cataluña, con estelada y todo, y en cuyo interior se oye: ¿Quién se ha dejado la escotilla abierta? ¡Cuando digo «inmersión», no me refiero a la inmersión lingüística!

¡Ah! Y bajar impuestos sería bajarlos a menos de lo que nos hacía pagar ZP, no dejarlos como entonces; eso, y no otra cosa, fue lo que prometió, en su programa electoral, un PP al que todavía se están preguntando muchos de sus votantes para qué le dieron la mayoría absoluta…