«No podemos permitir estos ataques que quiebran nuestra convivencia»
Los asaltantes han realizado pintadas reivindicativas y han teñido de rojo las imágenes religiosas, parte del suelo e incluso el sagrario
Un grupo de radicales ha asaltado la capilla de la Universidad Autónoma de Madrid, en el campus de Cantoblanco, que ha amanecido con pintadas en sus paredes a favor del aborto libre y de la educación laica.
Los asaltantes también tiñeron de color rojo parte del suelo, los bancos, las imágenes religiosas e incluso el sagrario, y esparcieron por el templo diversos folletos reivindicativos.
La Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación y ha acudido a la capilla para recabar pistas con el objetivo de poder identificar a los atacantes.
Dolor en el Arzobispado por el asalto
Al conocerse la noticia, el Arzobispado de Madrid ha emitido un comunicado en el que manifiesta «su dolor por el asalto» a la capilla de la UAM y la realización de varias pintadas en su interior. «No podemos permitir estos ataques que quiebran nuestra convivencia», señalan desde el Arzobispado, «ni que la universidad, que es lugar por excelencia de búsqueda de la verdad y de encuentro con la sabiduría, deje de defender la libertad; cuya expresión más auténtica y grande se da y manifiesta en la libertad religiosa, como se reconoce en los Derechos Humanos y defiende la Iglesia», añaden.
Antes de concluir, el Arzobispado condena los hechos e invita a la universidad, a las autoridades y a los medios de comunicación a «lograr que los grupos que protagonizan» actos de este tipo «se vuelvan irrelevantes, defendiendo la libertad que ellos quieren eliminar».
El Arzobispado de Madrid manifiesta su dolor por el asalto de la capilla de la Universidad Autónoma de Madrid y la realización de varias pintadas en su interior. No podemos permitir estos ataques que quiebran nuestra convivencia. Ni que la universidad, que es lugar por excelencia de búsqueda de la verdad y de encuentro con la sabiduría, deje de defender la libertad; cuya expresión más auténtica y grande se da y manifiesta en la libertad religiosa, como se reconoce en los Derechos Humanos y defiende la Iglesia.
A la vez que condenamos estos hechos y pedimos que no se vuelvan a repetir, universidad, autoridades y medios de comunicación social debemos lograr que los grupos que los protagonizan se vuelvan irrelevantes, defendiendo la libertad que ellos quieren eliminar.