El Papa llama al diálogo en su primer discurso: «Está en juego el futuro de la humanidad»
En su primer discurso en su primer viaje apostólico, León XIV ha denunciado que la «dinámica destructiva» en la que nos encontramos quita el foco del verdadero reto de la humanidad, que es «la paz, la lucha contra el hambre y la miseria, la salud, la educación y la salvaguarda de la creación»
Poco después de llegar a Turquía, el Papa visitó el mausoleo del fundador de la república, Mustafa Kemal Atatürk, en Ankara. «Doy gracias a Dios por poder visitar Turquía e invoco para este país y su pueblo una abundancia de paz y prosperidad», escribió León XIV en el libro de honor del mausoleo. Tras la visita, el Pontífice se ha dirigido al palacio presidencial y, más tarde, a la Nation’s Library donde ha pronunciado su primer discurso ante las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático.
En su alocución, el Pontífice ha tardado solo 58 palabras en citar la fraternidad, la cual ha deseado no solo para todos «los hijos de Abraham», ha especificado, sino también para «toda la humanidad». En este sentido, con el presidente turco, Taiyip Erdogan, escuchando en primera fila, el Santo Padre ha asegurado que «hoy más que nunca se necesitan personas que favorezcan el diálogo y lo practiquen con firme voluntad y paciente tenacidad».

Fuertes conflictos
Un diálogo necesario, según el Pontífice, ante «la fase de fuertes conflictos a nivel global» que estamos atravesando en la actualidad. Se trata de una época de la historia, que llega tras «las tragedias de las dos guerras mundiales» y la consecuente «construcción de las grandes organizaciones internacionales, en la que «prevalecen las estrategias de poder económico y militar».
León XIV ha citado «la tercera guerra mundial a pedazos» de su antecesor. A su juicio, «¡no hay que ceder en modo alguno a esta deriva!» pues «está en juego el futuro de la humanidad». Y ha añadido: «Las energías y los recursos absorbidos por esta dinámica destructiva se sustraen a los verdaderos retos que la familia humana debería afrontar unida», y ha citado «la paz, la lucha contra el hambre y la miseria, la salud, la educación y la salvaguarda de la creación».
Por ello, el Papa, en un discurso pronunciado en inglés, le ha pedido directamente a Erdogan «que Turquía sea un factor de estabilidad y acercamiento entre los pueblos, al servicio de una paz justa y duradera». Al final, el país no deja de ser un «puente entre Oriente y Occidente, entre Asia y Europa, y una encrucijada de culturas y religiones».
Convivencia y pluralidad
En su primer discurso, el Santo Padre también ha destacado «la riqueza cultural, artística y espiritual» del país, que «nos recuerdan que en el encuentro entre generaciones, tradiciones, e ideas diferentes se forman las grandes civilizaciones, en las que el desarrollo y la sabiduría se van construyendo en unidad».
En este sentido, Turquía «antes de conectar Asia y Europa, Oriente y Occidente, ese puente [sobre el estrecho de los Dardanelos] une a Turquía consigo misma, compone sus partes y la convierte, por así decirlo, desde dentro, en una encrucijada de sensibilidades, cuya homogeneización representaría un empobrecimiento».

El ejemplo del país euroasiático le ha servido al Pontífice para asegurar que «una sociedad está viva si es plural». Y ha añadido: «Son los puentes entre sus diferentes almas los que la convierten en una sociedad civil». Sin embargo, «hoy en día, las comunidades humanas están cada vez más polarizadas y desgarradas por posiciones extremas que las fragmentan».
Por último, el Papa ha asegurado que «también los cristianos son y se sienten parte de la identidad turca» y ha pedido a las autoridades que no cuenta con las minorías la «globalización de la indiferencia» que acuñó en su momento el Papa Francisco.