Alfonso Bullón de Mendoza: «Están surgiendo católicos entusiastas»

—El manifiesto asegura que «donde está el peligro, crece también lo que salva». Si tuviéramos que elegir peligros urgentes hoy en España, ¿cuáles serían?
—Uno es la crispación en la que nos encontramos. Estamos en una sociedad que se está polarizando mucho y en la que todos los temas se afrontan, en ocasiones, de manera frívola, buscando una llamada más a las emociones que al razonamiento.

—¿Cómo hablamos de Verdad en un contexto social así?
—Una gran ventaja que tenemos los católicos es que podemos hablar de Verdad, porque siempre lo hemos hecho y porque tenemos unos principios claros que se han mantenido a lo largo del tiempo.

—O sea, que la virtud de la permanencia puede ser la clave.
—Una de las grandes fortalezas de la Iglesia es su permanencia a lo largo de los siglos, pese a todos sus defectos.

—¿Cuál es el mayor enemigo hoy de la esperanza cristiana? ¿El miedo, la polarización, el emotivismo exacerbado, la indiferencia o la autocensura?
—Todo eso y, quizás, diría que muchas veces el desánimo que puede surgir de contemplar todo lo anterior.

—El manifiesto invita a los católicos a no callarse. ¿Puede ser que en España los creyentes nos hayamos autocensurado en exceso?
—Ha habido una especial tendencia a considerar que la religión entraba en el ámbito de lo privado y, entonces, se diferenciaba mucho lo que hacías en tu ámbito familiar con lo que hacías cuando participabas dentro de la vida pública, lo cual me parece un poco absurdo, porque el hombre es una sola persona que puede tener múltiples facetas y en todas ellas debe ser coherente.

—Figuras públicas del mundo de la cultura, como en los últimos días Rosalía, están hablando sin tapujos de Dios. ¿Puede ser que esta nueva situación pueda ayudar en esto de no autocensurarnos?
—Últimamente nos encontramos con el fenómeno de que están surgiendo unos católicos que son especialmente entusiastas. Y, además, cuando alguien con presencia pública hace unas manifestaciones en un sentido,  llama a la reflexión a la sociedad. Por ejemplo, también ha sucedido con la película Los domingos, dirigida por una mujer que se plantea cómo es este mundo del que ella no participa, pero trata de entenderlo.