El Papa no quiere especialistas en «detalles infinitesimales» sino «visión de conjunto»

«Cuando el ser humano es incapaz de ver más allá de sí mismo, de sus propias ideas y convicciones, entonces se mantiene prisionero, esclavo e incapaz de madurar un juicio propio», ha advertido León XIV a los estudiantes, investigadores y profesores de universidades pontificias que han acudido este lunes a la basílica de San Pedro para celebrar el primer acto del Jubileo del Mundo Educativo. A todos les ha encargado que sus centros de estudio sirvan para «levantar» al ser humano para mirar más allá de sí mismo tal y como hizo Jesús con la mujer encorvada que aparece en el Evangelio de san Lucas.

Estudiar es salir de uno mismo

El Papa ha recordado que «muchas cosas fundamentales en la vida no nos las damos nosotros mismos, sino que las recibimos de los demás». Por tanto, estudiar es también un acto de apertura, de dejarse sanar y de mirar la realidad con esperanza.

En su homilía, León XIV ha señalado además que el verdadero aprendizaje no consiste en un mero ejercicio abstracto de acumulación de datos sino que debe «transformar la vida y la relación con Cristo». A su juicio, «el estudio, la investigación y la enseñanza están relacionados con una tarea educativa que es, en el fondo, un acto de amor». Desde el otro lado de la tarea, ha señalado que «educar es levantar al otro, ayudarlo a ponerse de pie y a madurar un pensamiento crítico y libre». Una tarea que ha confiado a todas las universidades pontificias y católicas en general.

«Mirada capaz de abarcarlo todo»

El Pontífice ha alertado asimismo contra el riesgo de la fragmentación del conocimiento. Es una tendencia que produce especialistas «en detalles infinitesimales de la realidad» pero incapaces de un sentido unitario. Frente a tal disfunción, propone recuperar una «visión de conjunto» que integre fe y razón, ciencia y espiritualidad. Los ejemplos sobran, como san Agustín, santo Tomás, santa Teresa de Ávila o Edith Stein. Y ha reivindicado que «la espiritualidad necesita una mirada capaz de abarcarlo todo rechazando cualquier lógica parcial».

Finalmente, el Papa ha llamado a los jóvenes universitarios a descubrir en su estudio que son hijos de Dios. «No somos criaturas arrojadas al mundo por casualidad», les ha recalcado, «sino personas que pertenecen a alguien que las ama y tiene un proyecto de amor para su vida», ha concluido.