Gregorio Luri: «Hay que educar en la exigencia por la propia dignidad del alumno»  - Alfa y Omega

Gregorio Luri: «Hay que educar en la exigencia por la propia dignidad del alumno» 

En tiempos de IA, el pedagogo prioriza el conocimiento por encima de la información. «Es el auténtico petróleo del futuro», afirma

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
El filósofo y pedagogo Gregorio Luri.
El filósofo y pedagogo Gregorio Luri. Foto: X.

La Fundación Educatio Servanda ha concedido su Premio Educatio en la categoría de Enseñanza a Gregorio Luri, filósofo y pedagogo, «por su firme defensa de una enseñanza basada en la exigencia, el conocimiento y la tradición».

—¿Qué importancia tiene la exigencia a la hora de educar a un alumno?
—Es importante por la propia dignidad del alumno. No es que se le pida al alumno más de lo que puede dar de sí, pero sí todo lo que puede dar de sí.

—¿Cree que se ha bajado demasiado el listón?
—Me parece obvio. Para evitar desigualdades hemos confundido niveles.

Compromiso

Pepe Rodríguez, Cayetana Álvarez de Toledo, Hakuna y la Fundación Lázaro son el resto de premiados por la Fundación Educatio Servanda. Serán reconocidos este viernes en Toledo «por hacer presente en la vida pública su compromiso con la educación, la libertad y la defensa de la persona».

—También defiende una educación basada en el conocimiento. Estamos en una época de muchos cambios en este campo, sobre todo por la introducción de la inteligencia artificial. ¿Cómo debemos conducirnos en este sentido?
—Nosotros pertenecemos a una cultura muy narcisista. Tendemos a creer que todo lo que ha habido antes de ella no ha sido más que una especie de prólogo para llegar al presente. Por tanto, se desecha todo lo anterior, pero no hay tantas diferencias. Lo realmente importante no es la cantidad de información disponible. Obviamente hoy tenemos muchísima más que la que tenían nuestros padres, pero lo capital es cómo convertimos esa información en conocimiento. Esto es lo determinante.

—¿Entonces?
—Para transformar la información en conocimiento se necesita tener un criterio personal, que te permita distinguir entre lo verdadero y lo falso, lo divertido y lo aburrido… Ese criterio personal no lo puedes construir sin conocimientos, y vuelvo de nuevo a la cuestión de la exigencia de la dignidad del alumno. Yo no creo que, por mucho que viva en el siglo XXI, sepa más cosas yo que las que podía saber Kant, el filósofo. ¿Cuál es la diferencia entre los dos? Pues el criterio.

Además, a medida que la información va creciendo, en sí misma va perdiendo valor, mientras que el conocimiento es el auténtico petróleo del futuro.

Uno de los colegios de Educatio Servanda
Uno de los colegios de Educatio Servanda. Foto de la fundación.

—¿Tiene esto que ver con que la escuela ayude a adquirir una sabiduría más allá de los meros datos?
—A veces se quiere que la escuela sea el lugar donde se enseña a hacer felices a los alumnos. Yo creo que el conocimiento riguroso de matemáticas, de literatura, de geografía, de historia, nos proporciona experiencias de orden y de rigor.

En estos momentos en los que todo el mundo parece empeñado en hacernos felices, lo realmente importante no es la felicidad, sino el cariño a la vida. La felicidad no deja de ser una quimera. La vida es poner cariño a lo que estoy haciendo en este momento.