León XIV: «Los catequistas enseñan y dejan un signo interior, no adiestran»
En la Eucaristía de este domingo ha reivindicado la familia como primera evangelizadora. También ha instituido a 39 personas de diferentes países en el ministerio laical de catequistas
Como colofón del Jubileo de los Catequistas que se ha celebrado este fin de semana en Roma, el Papa León XIV ha presidido este domingo una Eucaristía en la plaza de San Pedro, en la que también ha instituido a 39 hombres y mujeres en el ministerio laical de catequistas. Muchos de ellos, procedentes de países como la India, Corea del Sur, Mozambique o Perú, han acudido con las vestimentas típicas de sus regiones.
Entre esas personas también hay tres españoles. Uno de ellos es Jesús Beltrán, de la diócesis de Orihuela-Alicante que, momentos antes de la celebración, ha asegurado en COPE que acoge el ministerio como «un regalo, una alegría y un reto personal para que podamos llevar el mensaje de Jesucristo a todo el mundo».
En su homilía, el Pontífice ha reflexionado sobre cómo «el Señor mira el corazón de los hombres» y cómo a través de esa mirada nosotros debemos reconocer también a los indigentes y empobrecidos del mundo, mientras que «el hombre que vive en la abundancia se pierde a sí mismo olvidándose del prójimo». El relato del rico Lázaro, fragmento del Evangelio correspondiente a este domingo, «es muy actual» ya que «a las puertas de la opulencia se encuentra la miseria de pueblos enteros, devastados por la guerra y la explotación». «Nada parece haber cambiado a lo largo de los siglos; ¡cuántos Lázaros mueren frente a la avaricia que olvida la justicia, al beneficio que pisotea la caridad, a la riqueza ciega frente al dolor de los necesitados!».
«Ser catequista no es adiestrar»
A los nuevos catequistas, el Santo Padre les ha recordado que su misión debe «instruir de viva voz» y que el catequista debe ser «una persona de palabra, una palabra que pronuncia con su propia vida». Por eso, ha explicado que los primeros catequistas son los padres y aquellos que nos dijeron las primeras palabras sobre la fe. «Así como aprendimos la lengua materna, el anuncio de la fe se realiza allí donde vivimos, principalmente en nuestras casas, alrededor de la mesa».
De esta manera, el Papa ha reivindicado el papel de la familia como fuente primera de evangelización porque «lleva en sí la belleza del Evangelio». Sin embargo, son los catequistas los que acompañan en la fe durante todas las etapas de la vida, compartiendo un camino que dura toda la vida». En ese sentido, ha especificado que «el catecismo es el instrumento de viaje, que nos protege del individualismo y las discordias» de una forma colectiva y comunitaria. Por eso, «los catequistas enseñan y dejan un signo interior. Cuando educamos en la fe no hacemos un adiestramiento».