Obispos y políticos indios salen en defensa de dos monjas detenidas por trata
Vandana Francis y Preeti Mary fueron acosadas por una turba cuando acudieron a la estación a recoger a tres jóvenes mayores de edad y cristianas que iban a trabajar en conventos de su congregación
El último posible caso de persecución religiosa contra los católicos en la India ha llegado al Parlamento nacional. Rahul Gandhi, líder de la oposición en el Lok Sabha, la Cámara Alta, denunció el pasado lunes la detención de dos monjas, acusadas de tráfico de personas, como ejemplo del «gobierno de turbas del BJP-RSS», el partido nacionalista hindú en el poder y su organización hermana, el Cuerpo Nacional de Voluntarios. Denunció también la «persecución sistemática de las minorías» y un «peligroso patrón» de poner a las personas en el punto de mira por su fe.
Las hermanas Vandana Francis y Preeti Mary, de las Hermanas de Asís de María Inmaculada —una congregación siro-malabar de carisma franciscano— fueron detenidas el 25 de julio en la estación de tren de Durg, en el estado de Chhattisgarh, en el centro del país. Habían acudido a recoger a tres jóvenes de entre 19 y 22 años, para trabajar en otros tantos de sus conventos.
También han intervenido a favor de las religiosas el presidente del estado de Kerala, Rajeev Chandrasekhar, y su primer ministro, Pinarayi Vijayan. Ambos contactaron con los gobiernos federal y de Chhattisgarh para exigir su puesta en libertad.
La turba y la Policía
Josh Abraham, sacerdote y abogado de la diócesis de Raipur —capital del estado—, explicó a UCA News que mientras mostraban sus billetes a un trabajador de la estación, una turba las rodeó. «Dijeron que pertenecían a Bajrang Dal, un grupo militante hindú, y las acusaron de tomar a las chicas por la fuerza para convertirlas». En realidad, ellas ya son cristianas, pues pertenecen a la comunidad protestante Iglesia del Sur de la India.
Los policías que velaban por la seguridad en el recinto llegaron y, en vez de dispersar a la multitud, se llevaron a las jóvenes a un refugio y detuvieron a las religiosas y a un chico que había acompañado a las chicas durante el viaje. Aunque dijeron que las liberarían en la tarde de ese día, un juzgado local «presentó cargos de tráfico de personas y conversión religiosa» y decretó 14 días de prisión provisional.
Presuntamente la decisión se tomó basándose en el testimonio de una de las jóvenes, que dijo que no había consentido a ese viaje. «Esto se puede haber conseguido presionándola, lo que habría llevado a acusaciones totalmente falsas», explica Abraham. De hecho, las religiosas contaban con la autorización de los padres de las chicas, incluso a pesar de que son mayores de edad. El pasado lunes iba a presentar una solicitud de libertad bajo fianza basándose en ellas. Sin embargo los documentos oficiales se retrasaron y no se pudo hacer.
«Oleada preocupante» contra monjas
La Conferencia de Obispos Católicos de la India denunció que lo ocurrido no es un caso aislado. Es «parte de una oleada preocupante de acoso, acusaciones falsas y casos fabricados contra monjas en todo el país». En un comunicado, aseguraba que cada vez hay más casos en los que «religiosas cristianas son seguidas por provocadores sociales que las rodean en las estaciones, incitan a las masas y usan lenguaje ofensivo». Se trata de una amenaza contra la «vida», la «dignidad y el pudor» de estas mujeres que «crea un clima de miedo e inseguridad» en las comunidades cristianas.
Por ello, exigían tanto al Gobierno federal como a los estatales que «aseguran la seguridad de todas las mujeres y tomen medidas» rápidas para prevenir incidentes de este tipo.